El gobierno japonés aprobó este martes un plan de defensa quinquenal que incluye dos portaviones, una primicia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Tokio justifica esta medida por la creciente presencia militar de China en la región.
Dos buques inicialmente previstos para maniobras de helicópteros serán modificados para permitir también los despegues cortos y los aterrizajes verticales de los cazas.
No se tratará sin embargo de portaviones con todas las capacidades de este tipo de buque de guerra, ya que los aviones no permanecerán estacionados en los navíos, insistió un funcionario del ministerio de Defensa.
Además, el gobierno prevé la adquisición en la próxima década de 42 aviones furtivos compatibles con estos destructores (los modelos F35B son los favoritos), así como la compra de 105 F35A.
Si estos pedidos se confirman, deberían colmar los deseos de requilibrio de los intercambios comerciales entre Japón y Estados Unidos que tantas veces ha reclamado Donald Trump.
Japón ya dispone de un importante arsenal militar y de un ejército de unos 250.000 efectivos.
El plan de defensa quinquenal, que también incluye medidas de ciberseguridad y vigilancia espacial, cuenta hasta marzo de 2024 con un presupuesto de unos 27,47 billones de yenes (unos 215.000 millones de euros, 240.000 millones de dólares).
El equipo del primer ministro Shinzo Abe considera necesario que Japón se equipe con medios más importantes, teniendo en cuenta la amenaza “muy preocupante” que representa la extensión de actividades marítimas y aéreas de China y de Corea del Norte.
AFP