La semana pasada un lector me pidió ahondar mis críticas a la democracia como sistema. Pidió una segunda parte basándose a que, según me dijo, el sobre peso que agobia nuestro país no solo se debe a que en cada oficina pública hay cantidad de empleados inútiles pero intocables por pertenecer a una cualquiera de las mafias partidistas que hoy ordeñan desde una pequeña alcaldía hasta la más encumbrada empresa del estado.
El lector señalaba los daños a la sociedad que han hecho presuntos empresarios estilo Andrade y Gorrín… y como tiene razón en vísperas de Navidad escribo mientras espero que busquen el cadáver de mi madre recién fallecida.
Comienzo señalando que los malos ejemplos subrayados por este lector que me pide guardar su nombre, en realidad no son de empresarios sino más bien de bandidos, delincuentes disfrazados o empresaurios a lo sumo, porque en su actuación se parecen más al pran o al pandillero, sobre todo por la manera de acumular rápido y sin escrúpulos… mucho dinero.
Sucede que la actividad política se ha hecho y es muy costosa aún en tiempos de miseria. Y los partidos como tales prácticamente han desaparecido siendo más bien franquicias otorgadas por la señora Lucena obedeciendo órdenes. En esos conventillos que pretenden venderse como partidos los militantes no cotizan cuotas, ni pensar en que se les enseñe algo parecido a una doctrina o a que luchen por un programa destinado a mejorar la vida del elector.
Después se sorprenden de que presuntos “líderes” o grupos enteros de militantes salten frecuentemente talanqueras vendiéndose al mejor postor.
En tal ambiente no solo han de proliferar y quien justifique los excesos de vagos en las nóminas de personal… sino las comisiones por contratos a ejecutar por el empresariado corrupto, que en los primeros años del puntofijismo se tasaban al 10 % y en este chavismo o madurismo pasaron el 100 % porque ahora pagan lo inexistente… varias veces incluso.
Para materializar este tipo de atraco al presupuesto se requieren instituciones débiles, desmoralizadas… y una interpretación rufianesca de la democracia… hasta convertir “al gobierno del pueblo” un enorme problema… el primero a resolver si quieren pensar en transiciones que lideradas por polítiqueros amamantados por los Andrades y Gorrines seguiran empobreciendonos a los venezolanos.
A estas alturas habrá quién reclame este ataque a la democracia. Para mí esta defensa es manipulación más que idiotez.
¿O acaso la concepción de la democracia como coto de caza para rufianes debe ser intocable?
¿Acaso las mayorías decentes por evitar que el vivo manipulador las tilde como “antidemocráticas” debe permitir que vagos y pega afiches pululen en las oficinas públicas, maltratando al ciudadano, convirtiendo en reino de la ineficiencia todo lo que tocan, provocando alzas de impuestos para reponer los robos del sector supuestamente “empresarial” aliado o promotor de politicastros ya captados en los liceos?
¿Hay que tolerar o peor, aplaudir, este tipo de democracia que está acabando con la civilización occidental que entre otros milagros, le legó a la humanidad el mayor período de crecimiento, merced al capitalismo liberal?
Sobre este tema es obvio que el gobierno protector de Andrade y Gorrín… callará. Pero es que el fulano Frente Amplio, lleno de viejos y nuevos políticos que han apañado este tipo de democracia inmoral, que tanto daño hace… y que uno sepa no parecen arrepentidos… incluso los jefes de sindicatos llenos de reposero y mañosos que le cortan los teléfonos al cristiano… para cobrar en dólares “la reparación”.
Termino: Sobre este vital tema nunca se ha pronunciado María Corina Machado…
Feliz Navidad por encima de las penurias.