José Alejandro Rodríguez y su pareja Gabriela Yáñez venden caramelos en la primera cuadra de la calle San Juan de Dios del Cercado, en Arequipa, Perú. Sus tres menores hijos están sentados en el piso. Uno tiene siete años, el otro tres y la más pequeña uno. Esta será la primera Navidad que pasarán lejos de su país, lejos de su familia, publica La República.
Por: Mónica Cuti | La República
En Venezuela, los festejos y comilonas por Navidad se celebran desde el 23 de diciembre. En vez de un panetón, tradición peruana, allá se disfrutan las hallacas, una especie de tamal, pero con pasas. El pavo también es reemplazado por un pernil de cerdo condimentado y hecho al horno. También es típico degustar el pan con jamón venezolano, una masa de trigo con jamón y pasas.
Cuando José Alejandro recuerda toda esta rica merienda, sonríe y le brillan los ojos. Él apenas tiene 22 años y, hace 11 meses, salió de su país rumbo a Perú. Recuerda que el sueldo mínimo era lo que aquí equivale a 20 soles. “No alcanzaba para nada, tan solo el kilo de cualquier producto estaba 10 soles. Te puedes imaginar lo que cuesta alimentarse”, cuenta.
Este año más de 15 000 venezolanos pasarán la Navidad en la Ciudad Blanca. Muchos están en la situación de José, que todavía no obtiene su Permiso Temporal de Permanencia (PTP), para poder buscar un empleo formal y ya no vender dulces en las esquinas.
Desde febrero del año pasado, un grupo de venezolanos formó un grupo de WhatsApp que ahora engloba a más de 200. Está encabezado por Yoly Suárez y 10 peruanos.
Ellos se dan asesoría y apoyo para encontrar algún empleo o algún hospedaje, en caso sean recién llegados. Yoly también recuerda con cariño la Navidad en Venezuela, el juego del amigo secreto en familia. Este año le tocará reemplazar el pan con jamón por un panetón.