En la Venezuela actual escasean alrededor de 24 productos alimenticios tan básicos como la leche, el pollo, la carne, la avena, la harina o la pasta, y 34 productos imprescindibles de higiene personal como el jabón, papel higiénico, desodorante o pañales. Han sido doce largos meses de proeza para los venezolanos que, ahogados por cifras millonarias de hiperinflación, siguen batallando para que el hambre y la miseria no acaben con sus vidas. El fracaso de la revolución bolivariana lo demuestran los precios de los productos que suben a razón de un 3% o 4% por día, destruyendo el poder adquisitivo de las familias, publica ABC.
Por Gabriela Ponte
@gabyponte
Nelly Barrios, tuvo que bajar las persianas de su local en el centro de Caracas porque llevaban meses sin vender los bañadores que ella misma confeccionaba. «Por la crisis teníamos que remarcar los precios a diario y cuando las personas lograban reunir el dinero ya costaba un 15% más», aseguró la mujer. Barrios no es la única que ha cerrado su lugar de trabajo, también lo han hecho restaurantes por la escasez de alimentos. De hecho, Consecomercio calcula que un 40% de los locales han cerrado de manera parcial o definitiva en la capital.
Pero los embates de la nefasta gestión económica de Nicolás Maduro no tienen signos de mejora. El Parlamento de mayoría opositora ha pronosticado que el país cerrará el año con una inflación de 2.000.000% y, aún más dramático, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que este indicador alcance los 10.000.000% en 2019.
Celebrar la Navidad en plena crisis económica y social es un lujo que muy pocos pueden darse. María Elena González, empleada del hogar, vive en Las Minas de Baruta, un sector popular de Caracas, y aunque quiere cenar en familia en Nochebuena por su hijo de 8 años quien está a la espera de recibir su regalo de navidad, se le hace imposible. «Sale carísimo hacer las hallacas (plato típico navideño) o comprar el pan de jamón a 6.000 bolívares (6,7 euros) cuando el sueldo mínimo es 4.500. Comeremos arepa», comenta González preocupada por la situación.
El precio promedio de una hallaca varía entre 2.800 a 3.500 bolívares soberanos dependiendo de la zona donde se adquiera, lo que representa el 67% del salario de un trabajador. Esto contando el último aumento ordenado por Maduro hace menos de un mes. Dicho incremento sitúa el salario en apenas nueve dólares mensuales, menos de un tercio del valor que tenía en agosto, cuando el Gobierno de Venezuela anunció su plan económico.
El fenómeno en la región
En el año más inflacionario y dañino de la historia de Venezuela, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) decidió crear el «inflaciómetro de Caracas», una herramienta digital que mide la variación de precios quincenalmente dentro del área metropolitana.
En ella se puede comprobar el incremento del precio de los productos en más de diez categorías. El más dramático fue el que sufrió el cartón de huevos, que el 15 de diciembre se situó en 1.500 bolívares y, una semana después, estaba en 1.800. Lo mismo sucedió con el litro de leche que en tan solo siete días aumentó un 90% su valor –pasó de costar 520 a 990 bolívares–. Incluso, hay productos que ya tienen un precio fijo en dólares y se paga a lo que se cotice en el mercado negro. Un ejemplo –de esta economía dolarizada– es la harina Pan, cuyo valor es un dólar, si se consigue.
El fenómeno de la hiperinflación siempre pareció una leyenda negra para los venezolanos que recordaban a Perú como el país con la peor hiperinflación de la historia de la región, registrada en los 90, bajo el Gobierno de Alan García. Venezuela va camino de romper ese negativo récord en 2018 si los pronósticos internacionales se cumplen.
José Guerra, diputado opositor y economista, señala que «no hay salario, no hay pensión, jubilación o ahorro que pueda soportar este ritmo de incremento de los precios». En su opinión, los países que tienen mejor desempeño en América Latina son aquellos que no tienen el dólar, «comparemos a Ecuador con Chile, o con Perú y Colombia que tienen su propia moneda, lo que hay que hacer es cuidar tu moneda y tener disciplina fiscal y monetaria. Ecuador lleva tres años que no crece», aseguró.
Venezuela terminará 2018 inmersa en la peor crisis económica de todos los tiempos. Las secuelas se traducen en el éxodo que ya supera los 3,3 millones de venezolanos y alcanzará los 5,2 millones para 2019, según la ONU y Acnur.