La UEFA estimó este viernes que el protocolo contra el racismo no fue seguido el miércoles en el partido Inter de Milán-Nápoles (1-0) de la liga italiana, que se vio marcado por los gritos contra el senegalés Kalidou Koulibaly, defensa de los napolitanos.
AFP
Koulibaly fue luego expulsado, después de una segunda amarilla mostrada por aplaudir sarcásticamente al árbitro, después de que el jugador soportara durante todo el partido gritos racistas.
Durante el encuentro hubo tres llamamientos por megafonía para que cesaran esos gritos. Según el protocolo de la UEFA, el encuentro debió haberse interrumpido.
En un comunicado conjunto, la UEFA y el sindicato de futbolistas FIFPro se mostraron “muy preocupados por este inaceptable incidente racista y por lo que parecer ser un incumplimiento del protocolo de tres pasos ampliamente reconocido contra el racismo”.
“Koulibaly fue objeto de cánticos racistas y, pese a los anunciados realizados por megafonía, los cánticos no pararon. Además parece que el cuerpo técnico del Nápoles ya había informado al árbitro varias veces sobre los gritos racistas”, señaló.
Desde la UEFA y la FIFPro se trasladó su apoyo a las autoridades del fútbol italiano “para cualquier medida adicional que se tome para combatir el racismo en los estadios”, recordando que existe una “tolerancia cero” en esta cuestión.
Las dos organizaciones celebraron, eso sí, las “rápidas acciones” tomadas por esas autoridades del ‘Calcio’, sancionando al Inter de Milán con dos partidos a puerta cerrada y un tercer encuentro con un cierre parcial.