La República Democrática del Congo celebraba este domingo unas elecciones históricas para elegir al sucesor del presidente Joseph Kabila, entre retrasos, esperanza de cambio y miedo a más violencia.
“Siento como una liberación. Me siento liberado, despejado”, declaró Victor Balibwa, un funcionario de 53 años que fue uno de los primeros electores en depositar su papeleta en Lubumbashi.
Estas elecciones, tras tres aplazamientos, deberán designar al sucesor del presidente Joseph Kabila, en el poder desde el asesinato de su padre en enero de 2001.
Es la primera vez que el Congo puede soñar con transmisión pacífica del poder desde la independencia en 1960.
El presidente saliente votó en Kinshasa con su “delfín” designado, su exministro de Interior Emmanuel Ramazani Shadary.
Una hora después hizo lo mismo uno de los dos principales candidatos de la oposición, Martin Fayulu.
“Es un gran día para mí, es un gran día para el Congo porque es el fin de la dictadura, de la arbitrariedad, […] de 18 del sistema Joseph Kabila”, declaró Fayulu.
El otro principal candidato de la oposición, Félix Tshisekedi, votará hacia las 14H00 (13H00 GMT) en un barrio popular de la capital.
Hasta ahora no se registró ningún incidente mayor en este inmenso país con una historia convulsa, donde los comicios se aplazaron en dos regiones, oficialmente debido a la violencia (Beni-Butembo en el este y en Yumbi en el oeste).
Máquinas bloqueadas
En Beni, algunos jóvenes organizaron además un voto ficticio para protestar. “La ciudad de Beni está en la República Democrática del Congo. No nos pueden privar (del derecho de voto)”, reivindicó uno de ellos, Maxi.
Se dieron muchos retrasos en los centros de voto. Muchos electores pasaban el tiempo buscando su nombre y su centro en las listas electorales.
Hubo problemas sobre todo por las “máquinas de votación”, una pantalla táctil que permite al elector imprimir su papeleta antes de depositarla en la urna.
“Hay entre cinco y seis colegios electorales donde las máquinas no funcionan”, dijo en Lubumbashi a la prensa un “testigo” (observador de un candidato).
En un centro de Kinshasa, la pantalla se bloqueó en la segunda papeleta, constató una periodista de la AFP.
El voto “con la máquina es muy complicado. Apoyé sin saber muy bien por quién. No vi ni el número ni la cara de mi candidato”, lamenta una anciana al salir de la cabina de votación que protege el secreto de voto.
“Hace dos horas que estas máquinas dejan de funcionar continuamente, no sé cuándo voy a votar”, se queja una electora, Diane Mumba, de 30 años, en el colegio electoral Imara en Lubumbashi.
Los electores que pudieron votar no escondían su entusiasmo.
“Me emociona votar, poder elegir por fin”, declaró Rachel, una estudiante de 18 años, en un colegio electoral de Goma, en este país donde la mayoría de sus 80 millones de habitantes tienen menos de 25 años.
En total 40 millones de electores inscritos elegían entre 21 candidatos, de los cuales la mayoría no hizo campaña.
¿Derrota de Shadary y victoria de Fayulu?
El presidente Kabila renunció a postularse por la fuerza a un tercer mandato prohibido por la Constitución.
Su decisión llegó con retraso, pues las elecciones fueron aplazadas tres veces desde el final de su segundo mandato a finales de 2016.
Los electores registrados pueden votar hasta las 17H00 (15h00 GMT en el Este y 16h00 GMT en Kinshasa) y los resultados provisionales se anunciarán el 6 de enero.
Los sondeos predicen una derrota de Ramazani Shadary y la victoria de Fayulu.
Al mismo tiempo que las presidenciales se celebran elecciones legislativas y provinciales.
Para estas elecciones, Kinshasa rechazó cualquier ayuda logística de Naciones Unidas, presente desde hace 20 años en Congo, así como cualquier misión de observación occidental.
Para la jornada electoral, el poder anunció el cierre de sus fronteras terrestres, lacustres y fluviales con sus nueve vecinos.
En cambio, no se había cortado internet, como suele ocurrir ante las jornadas de alta tensión.
La campaña estuvo marcada por la violencia, con una decena de muertos, según una asociación de defensa de derechos humanos, algo que el poder niega.
La noche del sábado, los dos candidatos de la oposición se negaron a firmar un documento destinado a evitar la violencia, cerrando la puerta a una mediación de observadores africanos. AFP