Un tribunal de Tokio decidió este lunes prolongar otros 10 días, hasta el 11 de enero, la detención preventiva del expresidente de Nissan, Carlos Ghosn, por las sospechas de abuso de confianza.
El juez aceptó la petición del fiscal, que consideraba necesario más tiempo para decidir si inculpar o no a Ghosn con estos nuevos cargos, indicó el tribunal.
Carlos Ghosn, quien sigue siendo presidente de Renault, está detenido en Japón desde el 19 de noviembre y ya fue inculpado por haber omitido declarar ingresos a las autoridades financieras japonesas durante cinco años.
La decisión judicial de este lunes prolonga así esta saga que apasiona a Japón y al mundo de los negocios desde la inesperada detención del magnate del mundo del automóvil en Tokio.
Esto no significa que Ghosn vaya a ser liberado automáticamente el 11 de enero o un día después, ya que la fiscalía podría relanzar su detención basándose en nuevos cargos.
Ghosn está también bajo arresto por una primera inculpación, lo que significa que no puede ser liberado hasta el final de esta detención y tras la aceptación por un tribunal de una demanda de puesta en libertad bajo fianza.
Las autoridades siguen tres líneas diferentes de investigación contra el empresario franco-líbano-brasileño, de 64 años.
Es sospechoso de haber conspirado con su mano derecha, el ejecutivo estadounidense Greg Kelly, para ocultar un tercio de sus ingresos (unos 5.000 millones de yenes; 44 millones de dólares) entre 2010 y 2015.
También habrían omitido declarar 4.000 millones de yenes (35 millones de dólares) entre 2015 y 2018, aparentemente para evitar críticas por su abultado salario.
En la tercera línea de investigación, por la que se prolongó su detención este lunes, Carlos Ghosn es sospechoso de haber “fallado a su función de presidente y de haber provocado un perjuicio a Nissan”.
En concreto, la fiscalía le recrimina haber hecho que Nissan cubriera “pérdidas en inversiones personales” durante la crisis financiera de octubre de 2008, algo que él niega, según la cadena de televisión pública japonesa NHK. La suma en cuestión asciende a 1.850 millones de yenes (16,6 millones de dólares).
Para resolver este problema financiero, habrían conseguido que un amigo de Arabia Saudita lo avalara y habría efectuado transferencias por una suma equivalente en la cuenta de este último desde una cuenta de una filial de Nissan.
Este tipo de delito normalmente prescribe al cabo de siete años, pero la ley permite suspender el recuento durante las estancias en el extranjero, numerosas en el caso de Ghosn, quien pasaba solo un tercio de su tiempo en Japón.
Su brazo derecho Greg Kelly, administrador de Nissan, fue puesto en libertad bajo fianza la semana pasada, ya que la razón por la que Ghosn sigue retenido no le afecta.
Ghosn, que sigue presidiendo la Alianza Renault-Nissan, estuvo detenido en un primer momento en una pequeña célula, pero desde hace varias semanas goza de unas condiciones de detención mejoradas.
Sus abogados podrán verlo excepcionalmente los días 2 y 3 de enero, según la agencia Jiji. AFP