“Esta noche se nos muere un año Madre”. Así empieza el poema de Andrés Eloy Blanco “Las 12 Uvas del Tiempo”. Una de las tradiciones que los venezolanos adoptamos de comer 12 uvas en la noche del 31 de diciembre para atraer la suerte en el nuevo año, está en peligro de extinción debido a los altos costos de la fruta. Así lo reseña eluniversal.com
Por MAGALY PÉREZ NAVEA / DICK TORRES
El precio del kilo de uvas criollas se ha incrementado en 244.344,4% en comparación con los precios del año anterior, mientras que las importadas, aumentaron en 119.900%.
Esto significa que el año pasado se conseguían las uvas en Bs.F 450.000 el kilo y la importada en Bs. F 1.500.000. Hoy día las uvas criollas cuestan en los grandes supermercados hasta Bs. S 11 mil y la importada, si se consigue cuesta hasta Bs.S 18.000.
Los precios varían de acuerdo al lugar donde las compre. Por ejemplo, en los mercados populares ofrecen la fruta en Bs.S 3.000 y 5.000 mientras que en la buhonería oscilan entre 5 y 7 mil bolívares soberanos.
Con estos altos precios es difícil que la tradición de ingerir las 12 uvas el 31 de diciembre, durante las campanadas que anuncian el fin de año, y da la bienvenida al año nuevo para atraer la buena suerte, sobreviva en los hogares venezolanos.
Muchas familias afirman que sustituirán la uva por la mandarina que es nuestra fruta criolla y que estamos en tiempos de cosecha de esta noble y rendidora fruta.
Un poco de historia
Esta tradición según cuenta la historia comenzó en 1882, en la época que la clase burguesa bebía champán y comía uvas durante la Noche vieja.
Un grupo de madrileños decidió ironizar la tradición comiendo uvas al compás de las campanadas de la iglesia al dar las 12 de la noche del 31 de diciembre para despedir al año viejo.
Otra teoría remonta la tradición a 1909 en Europa, año en que hubo buena cosecha de uva, y los productores para dar más salida al producto la vendieron como “uvas de la suerte”.
Hoy en día se interpreta que las uvas simbolizan la abundancia y cada vez que se come una hay que pedir un deseo.
La costumbre con las maletas
“Por lo general, las personas prefiere mandar a reparar sus maletas o bolsos en vista de los altos costos de acuerdo con el tamaño y calidad” explicó Yosmar Ortiz, que junto a su esposo Vladimir Cerón son los encargados del local La Casa de las Maletas, ubicado de Aserraderos a Marcos Parras del Silencio donde la talabartería funciona desde hace 62 años en el trabajo de diversos artículos de cuero y lona.
Explicó que los precios para las maletas de viajes varían según el tamaño, calidad y capacidad desde la pequeña en 16.500, mediana 36.00 y 46 mil la grande. Pero también hay otras cuyo valor es muy superior y oscilan entre 60.000 a 100 mil bolívares soberanos.
Afirmó que las ventas han caído al tal punto que en una semana se registra una sola venta.
Explicó que ante los altos precios la gente manda a reparar los bolsos, morrales, y mochilas tipo militar, una invención del negocio.
En las tiendas Tarbuch y Full Morral ubicadas en la esquina de Muñoz, cerca de la estación del Metro, sus encargados indicaron que otros negocios de ramos que funcionaban en el lugar cerraron o cambiaron de actividad.
Explicaron que todos los productos son importados y es la razón de los altos precios.