Si estás al tanto de la crisis que se vive en Venezuela, es muy probable que hayas visto el trabajo de Meridith Kohut, una fotorreportera independiente que reside en Caracas. Así lo reseña nytimes.com
Por LARA TAKENAGA
Meridith, quien colabora frecuentemente con The New York Times, ha tomado algunas de las fotografías más escalofriantes del país a medida que su economía se dirige al abismo y el caos.
Las imágenes que ha captado incluyen a un bebé que falleció a consecuencia de una falla cardiaca provocada por la malnutrición y a su padre mientras llora sobre el ataúd; a pacientes esqueléticos encerrados en celdas de aislamiento en un pabellón psiquiátrico con poco financiamiento; los manifestantes callejeros con máscaras antigás que lanzan bombas molotov a los cuerpos de seguridad. Las fotografías de Meredith, que son perturbadoras y reveladoras a la vez, muestran los estragos cotidianos de la crisis económica y política en los venezolanos.
Meridith, de 35 años, fue una de cuatro periodistas de todo el mundo que recibieron este noviembre la distinción del premio al valor otorgado por la International Women’s Media Foundation (una asociación internacional de mujeres en medios de comunicación). En una entrevista reciente, habló acerca de los retos de reportear en Venezuela, la relevancia que ha tenido su trabajo a nivel mundial y lo que desearía que sus lectores supieran.
¿Qué te atrajo del fotoperiodismo?
Desde muy joven me fascinaron la fotografía y la justicia social. Casi siempre era la única niña que cuestionaba a la autoridad y desafiaba las normas. En el bachillerato comencé a tomar fotografías para el periódico local y luego estudié fotoperiodismo en la universidad.
¿Cómo fue que te interesaste por Latinoamérica?
Provengo de Texas y ahí la cultura latinoamericana es parte de la vida cotidiana; tuve varios amigos inmigrantes. También estudié español en el bachillerato y en la universidad.
Cuando era una estudiante universitaria, prácticamente sin dinero, comencé a viajar por autobús a México y Centroamérica y armé mi portafolio con reportajes acerca de Latinoamérica.
¿Por qué fuiste a Venezuela?
Me mudé a Venezuela unos meses después de graduarme de la universidad. Hugo Chávez me llamaba mucho la atención y fui a cubrir la revolución socialista. Mi plan era quedarme unos meses. Luego un año se convirtió en varios y ahora no puedo creer que siga aquí.
¿Hay alguna fotografía que hayas tomado que destaque entre tus recuerdos?
El reportaje acerca de la malnutrición en Venezuela que hice el año pasado fue el más relevante y el más difícil que haya hecho jamás.
He estado en Venezuela por diez años, así que he presenciado el surgimiento y el desplome de la revolución. He visto cómo se desarrolló toda la crisis. Durante años la cobertura de muchos se enfocó en las largas filas para recibir asistencia pública y las manifestaciones, pero nadie había reportado que la gente moría en consecuencia.
David Furst, el editor internacional para fotografía del Times, me dijo que dedicara un año a viajar por todo el país y buscar historias no contadas acerca de la forma en que la crisis estaba afectando a los venezolanos. Me puse en marcha con Nick Casey, quien ahora dirige el buró de corresponsales del Times en Los Andes, e hicimos una serie de artículos que cubren desde la gente que iba a minas ilegales en busca de oro porque la moneda estaba sumamente devaluada hasta gente que le rogaba a narcotraficantes para que los subieran a embarcaciones con cocaína con el fin de escapar del país.
En octubre de 2016, le negaron la visa a Nick, así que no pudo regresar a Venezuela. David dijo que eso significaba que yo tendría que ayudar a reportear y escribir el reportaje, además de tomar las fotografías. Ahí me llegaron rumores por parte de trabajadores de organizaciones no gubernamentales y de gente en las calles sobre bebés muriendo de hambre.
Venezuela es uno de los países más ricos del mundo: tiene las reservas de petróleo comprobadas más grandes. Aunque había una crisis, seguía siendo impactante escuchar que la gente se moría de hambre.
Para leer el reportaje completo pulse Aquí