El salario mínimo de Venezuela es más bajo que los de Cuba y Haití

El salario mínimo de Venezuela es más bajo que los de Cuba y Haití

 

Una mujer cuenta los billetes para comprar un boleto en una estación de autobuses en Caracas el 3 de enero de 2019. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

En agosto del año pasado, cuando Nicolás Maduro implementó una serie de medidas enmarcadas en el Plan de recuperación económica, el salario mínimo de los venezolanos era de seis dólares, si se calculaba en el mercado paralelo. Cinco meses después, a pesar del reciente aumento de sueldo de 300 %, la cifra se mantiene igual, mientras la inflación ha estado por encima de 120 % intermensual, publica Crónica Uno.

Por Ariadna García / @ariadnalimon

Venezuela tiene el peor salario del continente ($6 y $19) frente a países como Cuba ($30), Haití ($83), Brasil ($269), Perú ($279), Colombia ($263).

Este viernes 18 de enero, el dólar en el mercado no oficial se cotizaba alrededor de Bs. S. 2900. En el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) estaba en Bs. S. 1001,74, un alza de 5,50 % en apenas dos días, debido a que la divisa oficial se vendía en 949,47 bolívares el 16 de enero.

El nuevo salario que empezó a regir a partir del 15 de enero se ubicó en 18.000 bolívares soberanos, unos $6 dólares en el mercado paralelo y $18 en el oficial.

El precio del dólar paralelo en agosto de 2018 era de 65,18 bolívares soberanos, a la fecha es de 2900 bolívares, lo que representa un aumento de 14.336,88 %. La economía venezolana vive en hiperinflación desde hace dos años. El precio de los alimentos ya dejó rezagado el ajuste decretado por Maduro el 14 de enero.

Este 17 de enero en el Central Madeirense de Chacaíto, el paquete de 400 gramos de leche en polvo tenía un valor de 13.000 bolívares soberanos, cifra que se acerca a los 18.000 que devenga un trabajador al mes.

Nicolás Maduro, quien se “juramentó” el 10 de enero para un segundo mandato, empieza el nuevo periodo con protestas en todo el país. La mayoría de las consignas exigen salarios justos, que cubran la canasta alimentaria que ronda los $300.

 

Los trabajadores aseguran que el Gobierno acabó con el poder adquisitivo y además con los convenios colectivos, que ofrecían otras remuneraciones calculadas con base en la antigüedad y cargo de los empleados. Desde la vocería oficial, el salario mínimo cuenta como el único aliciente y se ha adoptado como el tope para cualquier tabulador en el sector público y privado.

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