Ni en los cálculos de los más optimistas se preveía lo que ocurrió el 23 de Enero en Venezuela. El país se levantó y rechazó a Maduro y a la cúpula del poder. Ahora se desencadenan los eventos y la suerte de Maduro, la de Juan Guaidó, la de Venezuela entera, se decide en varios terrenos. Así lo reseña konzapata.com
Por Juan Carlos Zapata
1-El terreno del Palacio de Miraflores. Las fuerzas están alineadas. Maduro marcó la línea. Ayer lo dijimos en exclusiva. Desde el grupo de Juan Guaidó se habían tendido puentes para medir el clima interno en el Palacio de Miraflores. Anoche Diosdado Cabello habló de una reunión que sostuvo con Guaidó. Las fuentes nos habían informado que Maduro mantenía justo la posición que manifestó en la tarde en el discurso desde el Palacio de Miraflores. Maduro dice que no se rinde y que en su gobierno no se rinde nadie. Es el más firme en la línea de que el poder no se negocia ni se entrega. Y en esa misma línea, Diosdado Cabello, Delcy y Jorge Rodríguez, Cilia Flores, Tarek El Aissami, y el general Vladimir Padrino López. Mejor dicho, el llamado Grupo de los 7 cierra filas con Maduro. Y el G-7 se acoge a lo que este diga. Si lo han reconocido como el jefe del Gobierno, como jefe del PSUV, y como jefe del chavismo, no dejarán de hacerlo ahora. “Están muy duros”, confesaba aKonZapata una fuente del grupo de Guaidó el lunes 21, tal como quedó confirmado este miércoles 23. Sin embargo, dentro del propio chavismo señalan que hay condiciones objetivas para negociar, lo cual puede indicar que no todos siguen la línea de Maduro. De hecho, ayer, Maduro apareció menos acompañado en el llamado balcón del pueblo, pues si bien estaban con él su mujer, Cilia Flores, Delcy Ridríguez, la Vicepresidenta, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, el ministro Tarek El Aissami, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez y Erika Farías, alcaldesa de Caracas, no había la aglomeración ni la puja por un puesto en la tarima, como en otros tiempos.
2-El terreno de la geopolítica regional. Ya todos los boxeadores están montados en el ring, dijo un diplomático de Unasur. Ya están echadas las cartas. Y aquí juegan Estados Unidos y juega el factor cubano y juegan Brasil y Colombia. Y juegan los otros países de América del Sur, los afectados en primera línea por el éxodo venezolano. Ecuador, Perú y Colombia claman por una pronta solución de la crisis venezolana. El éxodo es un detonante político, económico y social en cada uno de estos países. No es casual que Ecuador, Perú y Colombia aparezcan en la primera fila de países que reconocieron a Juan Guaidó y rompen con Maduro. Los más activos son los presidentes Iván Duque, Colombia, y Jair Bolsonaro, Brasil. A estos se suma, Lenin Moreno de Ecuador, en virtud de la tensión entre Caracas y Quito justo por el tema de la migración venezolana y los detonantes que lleva implícita.
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