La Unión Europea mostró una extrema prudencia sobre la actitud a adoptar en la crisis venezolana, intentando no quemar su iniciativa de diálogo en un país con una fuerte comunidad europea, pero se enfrenta una presión creciente en su seno.
Por: Toni Cerdá | El Nuevo Herald
A diferencia de Estados Unidos y la mayoría del Grupo de Lima, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en nombre de los 28 países, evitó reconocer explícitamente a Juan Guaidó como presidente interino del país, pero pidió “elecciones libres y creíbles”.
“La UE no reconoce los gobiernos, sólo los Estados”, defendió este jueves la vocera de la diplomacia comunitaria, Maja Kocijancic. Pero, como confiesa un diplomático europeo, “la declaración de Mogherini es lo máximo que se podía hacer” unánimemente a 28.
A diferencia de Estados Unidos, que reconoció en menos de 30 minutos la autoproclamación de Guaidó, los europeos tardaron en fijar su posición, que llegó después que el presidente del Consejo Europeo, Donald, Tusk, les urgiera a unirse “en apoyo a las fuerzas democráticas”.
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