A confesión de parte relevo de pruebas dicen los abogados. El siniestro personaje del régimen en reunión que las redes sociales reseña, hacen una advertencia a Juan Guaidó, con tono convincente… “usted no ha escuchado el silbido de una bala”… “no sabe que se siente”… amenaza pública que se presume está en desarrollo; siempre la muerte, la persecución, el crimen y la libertad mutilada es el sello de un socialismo que se manchó de sangre y sembró odio, hambre y muerte. No es casualidad que éste manifiesto público asumido por uno de los capitoste del régimen coincida con el planteamiento, de otrora, del tristemente célebre diplomático que en un programa de TV se atrevió a diagramar con su pose delicada el quehacer de una bala en el cráneo de un opositor, subestimando así a los que distintos piensan como seres inservibles y poca cosa. Queda demostrado que ambos exponentes de la revolución bonita están sincronizados en la maldad y uno de ellos disfrazados por años dentro de principios democráticos y cristianos; el otro parte del aluvión resentido que inundó la milicia.
La crisis en la que estamos inmersos, moral y ética contraponen a dos personajes nefastos identificados en hacer daño, destruir y matar a los que consideran enemigos y no adversarios. Nada les importa son sembradores del odio que distancia y divide de la destrucción y la muerte.
¿Con especímenes así que anuncien muerte será posible dialogo?