Llegan a mi correo que es básicamente de trabajo, porque es de la firma de abogados de la cual formo parte, muchos correos de diversa índole donde desde luego el tema político es uno de los más frecuentes.
Al momento cuando el diputado Juan Guiadó juró cumplir con los deberes inherentes al cargo de encargado de la presidencia o de presidente encargado, burlas, sátiras y hasta desprecio podía leer en los correos espontáneos que recibo.
Sin embargo, bastó que algunos países en ejercicio de su soberanía, que es absolutamente idéntica a la de Venezuela, es decir, ni mayor ni menor, reconocieran la legitimidad de Guaidó, para que se despertara en esos correos el tema del intervencionismo, o como gusta llamarlo Delcy, el injerencismo.
Desde luego es bueno recordar que ni la invasión soviética a Hungría (1956), ni tampoco a Checoeslovaquia (1968) aunque esta última generara el rompimiento de Teodoro Petkoff con el partido comunista y con la Unión Soviética fueron ‘injerencistas’. Tampoco lo fueron los cubanos en Angola o en Machurucuto, ni mucho menos Guevara en Bolivia. Desde luego los cubanos en Fuerte Tiuna, en el control de Registros y Notarías, y en tantos otros organismos son tan solo “colaboradores”, que colaboran en la tarea de la colaboración que Venezuela presta a Cuba dándoles empleo, enviando petróleo y hasta confiándoles la comercialización de un buen número de barriles, o como comisionista en la compra de ciertos bienes.
Los defensores de nuestra soberanía que hoy nos alertan del peligro intervencionista de los americanos conforman una larga lista. Yo he recibido los correos de al menos estos cuatro personajes: Mark Weisbrot, Daniel Mc Adams, Dimitri Peskov y desde luego, no podía faltar, Eva Golinger. Ellos son los defensores de nuestra soberanía.
Sin embargo, ellos no me escriben. Seguramente ni saben que existo. Quienes me envían esos correos con las disertaciones especiosas de los que nombré son un grupo de criollos que consideraron ajustada a la constitución la elección de mayo pasado a la que concurrió Falcón “que habría ganado de no ser por la abstención de los que incitan a la intervención americana, Guaidó incluido”; y desde luego todos los que proclamamos que no hay negociación con Maduro. Los correos me dicen que “has recibido este mensaje porque estás suscrito al grupo “soluciones para Venezuela virtual’ de grupos de Google” al cual no estoy suscrito; por lo que concluyo que quienes escriben y quienes me los envían quieren para Venezuela una solución “virtual” pero no real.