El instructor físico Anderson José Estaba, de 30 años, habría sido asesinado por otros presos mientras se encontraba detenido en un calabozo de la División Antiextorsión y Secuestros del Cicpc en El Hatillo, publica El Clarín.
Familiares del entrenador realizaban los trámites en la morgue de Bello Monte para retirar el cuerpo y darle cristiana sepultura. El resultado de la autopsia no estaba listo aún, pero presumen que fue atacado a golpes.
El entrenador tenía un año y 44 días privado de libertad, acusado de un homicidio ocurrido en su comunidad. Vivía en el kilómetro 1 de la carretera Petare-Guarenas.
Estaba llevaba una vida normal, atendiendo a sus clientes, hasta el día en que llegó la policía al gimnasio de la Universidad Metropolitana (UM), y lo detuvo. Solamente le dijeron que estaba solicitado por un tribunal.
Después de ser presentado en el Palacio de Justicia, dentro del lapso legal de 48 horas luego de la detención, no lo llevaron a ninguna audiencia porque cada vez que las pautaban eran diferidas.
Un pariente de Estaba aseguró que era inocente. Cuando ingresó a la dependencia policial, pesaba más de 100 kilos y al momento de su muerte escasamente llegaba a los 40 kilos.
Su madre iba a diario a llevarle comida. El jueves acudió como de costumbre y unos familiares de otros presos le informaron que había sido hallado muerto esa mañana.