Llegada la hora de poner a prueba sus verdaderos apoyos, Nicolás Maduro ha desplegado una enorme maquinaria de distribución y amplificación de propaganda para cuyo funcionamiento el régimen venezolano destina fondos públicos a usuarios de redes sociales. Con un complejo sistema de registros y gratificaciones, Maduro impone sus mensajes en redes sociales gracias a la machacona repetición de lemas por parte de venezolanos anónimos que cobran dinero por repetir las consignas recibidas del régimen a través de una cuenta de Twitter y un canal de Telegram, publica ABC.
Una investigación del Digital Forensic Research Lab del Atlantic Council ha revelado el patrón de conducta, en el cual influyentes cuentas de Twitter como @Tuiteros_Vzla difunden etiquetas diarias como #PuebloChavistaConMaduro que por regla general acaban colocándose entre las más compartidas en redes sociales. Por difundir esos lemas, siempre beneficiosos para el régimen, la cuenta @Tuiteros_Vzla paga a los internautas a través de un acuerdo con una aplicación móvil llamada VeMonedero que el Gobierno emplea para distribuir ayudas en el Carnet de la Patria, una variante del documento nacional de identidad que incluye un servicio de pagos digitales.
Según explica Jose Luis Peñarredonda, investigador del DFRLab y autor de la investigación, esta «revela la profundidad que tiene la propaganda en Twitter dentro de la burocracia venezolana». «El hecho de que puedan conectar mensajes en Twitter con el Carnet de la Patria y las ayudas que destinan a los venezolanos demuestra que hayun nivel de coordinación muy importante y que al Gobierno venezolano le importa mucho la propaganda digital», añade. «Es algo inédito».
El chavismo lleva años trabajando el dominio de la esfera digital venezolana. Hugo Chávez se unió a Twitter en 2010 y según dijo aquel año quien entonces era uno de sus asesores, Juan Carlos Monedero, que en 2014 fundaría el partido español Podemos, lo hizo por romper «la pretensión opositora de monopolizar esas redes para organizar el derrocamiento, violento o electoral, del líder bolivariano». Desde entonces, el chavismo y Podemos han dado prioridad a la organización política y a la difusión de mensajes propagandísticos a través de las redes sociales.
Según varios mensajes en Twitter de la cuenta oficial del Carnet de la Patria, este servicio público del Gobierno venezolano ofrece incentivos por «usar las etiquetas del día, mantenerse tuiteando durante la mayor cantidad de horas posible, escribir mensajes que no sean únicamente # o @, incluir imágenes, enlaces, dar retweet y mencionar cuentas de líderes y tuiteros activos». Uno de esos líderes a los que @Tuiteros_Vzla retuitea es el propio Monedero, en concreto mensajes como el siguiente: «Trump, las derechas colombiana, venezolana, la española prefieren hacer de Venezuela una nueva Siria si con eso hacen negocio».
Según sus propios mensajes en redes sociales, el Carnet de la Patria recompensa semanal y mensualmente la difusión de mensajes propagandísticos del régimen de Maduro en Twitter y Facebook «gracias al trabajo conjunto con @tuiteros_Vzla». En una semana de abril de 2018 dijo haber recompensado a 5.000 perfiles. Según la investigación de Peñarredonda, un usuario dijo haber recibido 350.000 bolívares, que al cambio oficial son cinco dólares o lo que es lo mismo, un tercio del salario básico en el país.
El perfil @Tuiteros_Vzla fue creado en 2015 y cuando nació apuntaba a la página tuiteros.org.ve, en la que cualquiera con un número de teléfono venezolano puede registrarse para recibir «mensajería de texto al teléfono declarado por el usuario, mensajes e instrucciones para garantizar la defensa de la verdad». En 2014 presentó ese nuevo servicio la actual vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, quien explicó entonces en un comunicado que la finalidad de esta campaña de mensajes en redes sociales es responder a «una guerra mediática muy feroz». «Nos enfrentamos al producto de la siembra de esa guerra a través de los medios de comunicación, porque lo único que han hecho es crear odio», añadió.
Twitter reveló la semana pasada que ha eliminado 1.960 cuentas en Venezuela, de las que la gran mayoría «formaban parte de una campaña de influencia amparada por el Estado que tenía por objetivo las audiencias domésticas», según explicó Yoel Roth, jefe del servicio de integridad de Twitter. Varios de esos perfiles se utilizaron para publicar desinformación relativa a elecciones en EE.UU. y otras crisis internacionales como el referéndum de independencia de Cataluña en 2017.