Jackeline Natera tiene 51 años, es venezolana y lleva ocho meses en Perú. Ella es médico y ha ejercido su profesión en diferentes clínicas de Caracas. Actualmente, trabaja en una tienda de ropa en Lima, publica Perú21.
En el Perú, existen 29 trabajadores de salud por cada 10,000 personas. En Chile, la cifra es totalmente distinta. Aproximadamente hay 40 recursos humanos en salud por cada 10,000 chilenos. Esta brecha de personal, que llega a 55,000 profesionales, podría ser cerrada si personas como Jackeline fueran empleadas.
Como ella, 450,000 profesionales venezolanos que han llegado a Perú tienen la capacidad de cerrar déficits de especialistas en diferentes áreas.
A esto se suma la predisposición de los migrantes por viajar a otras provincias para continuar ejerciendo sus carreras. Según la ONG Unión Venezolana en Perú, el 81% de ellos están dispuestos a reubicarse al interior del país.
En Lima y Callao, la saturación en el mercado de trabajo es evidente. Tanto que la propia necesidad de laborar alimenta al monstruo de la informalidad. Esto puede traducirse en desempleo, tanto para los limeños y como para los migrantes. El panorama no es el mismo en provincia, donde hay un déficit de trabajadores especializados.
Beneficio mutuo
?Nancy Arellano, encargada de la coordinación del Plan de Asimilación Productiva, cuenta que en Talara (Piura) existe solo un psicólogo por cada 22 colegios. “La asignación de los recursos por parte del Estado ya está, pero la falta de profesionales crece cuando se trata de migrar a provincias”, señala.
Al Perú han llegado cerca de 4,000 técnicos venezolanos certificados. Según cifras de los gremios privados como la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) y la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), en el Perú hay un déficit de 200,000 técnicos; sin embargo, Senati no lanza al mercado suficientes egresados para cubrir esa demanda.
Arellano plantea una solución. “Se puede emplear ese 10% de venezolanos que pide el mercado y pueden capacitar al 90% restante de trabajadores peruanos. Así como hay una demanda de servicios y de empleo que viene con la migración, hay una oferta de profesionales”, sostiene.
“¿Qué hago con un cardiólogo periférico vendiendo libros en la plaza San Martín (como es el caso de Omar Giglione) si en Perú no hay más de 56 médicos de esa área?”, reflexiona.
El 48% y 36.8% de las mujeres y hombres migrantes venezolanos tienen un título universitario, y 18% y 17.1% son técnicos superiores universitarios. Esto deja que las tasas de subempleo sigan aumentando.
El plan de emplear venezolanos para cerrar brechas al interior del país ya se entregó a Cancillería, donde el titular, Néstor Popolizio, lo ha recibido positivamente como una alternativa de beneficio mutuo.
Sabías qué
– Solo hay 4,000 docentes en educación física en el Perú. Para tener un profesor por cada colegio público, faltarían 41,000 docentes. En la actualidad, se han registrado 800 venezolanos certificados en esta materia que podrían enseñar a nivel nacional.