Medias verdades, medias mentiras, en fin mucha maldad es lo que destilan las palabras de la enchufadísima vicepresidenta, Delcy Rodríguez, cuando afirma con el histrionismo que caracteriza sus declaraciones, así como la de su hermano, el Goebbels criollo, Jorge Rodríguez, que los alimentos y medicinas dispuestos en la ayuda humanitaria que se acopia en la frontera, son “armas biológicas”, destinadas a causar la muerte por cáncer a los venezolanos.
Hace alusión la funcionaria de la tiranía, que “estudios científicos” determinaron tal condición, sin precisar en qué momento fue tomada la muestra, quienes fueron esos fulanos “científicos” y donde se puede revisar exhaustivamente los supuestos estudios. Pura chapucería oficial, la misma a las que nos tiene acostumbrados el Estado Cuartel que oprime a los venezolanos.
La experiencia de estos trágicos veinte años, ofrece luces más que suficientes para detectar el ejercicio mitómano de la propaganda oficial. No será que Delsy, revela en parte la verdad tras las mafiosas importaciones de alimentos que además de servir de nicho para negocios mal habidos, representan un verdadero peligro para la salud de los consumidores obligados a depender de las cajas CLAP.
No pocas son las denuncias que por medio de las redes sociales, desde hace tiempo señalan la mala calidad de los productos importados (leche, atún, harina de maíz, frilojes, entre otros). ¿Qué garantía hay que esos productos cumplen con criterios de calidad en su preparación, envasado y distribución? ¡Quien hace la Ley hace la trampa! precisa el adagio popular.
Cancerígeno es el chavismo que no solo ha destruido materialmente al país, sino que deliberadamente ha dado la instrucción de aplicar una orden no escrita de exterminar a los venezolanos, por medio de la hambruna y la carestía de insumos médicos. Tan pérfida determinación, condena por igual a quienes apoyan o se oponen a la dictadura.
Las funestas consecuencias en materia de salud pública a causa de la importación indiscriminada de alimentos, por parte de los gobiernos de Chávez y Maduro, está por verse. Ya llegará la hora de revelar los verdaderos índices de padecimientos relacionados con enfermedades crónicas como diabetes, cáncer e hipertensión arterial, durante los años de la dictadura y su estrecha relación con la mala calidad de los alimentos importados o el exceso de carbohidratos distribuidos por el aparato alimentario oficial.
Mucho más dramático será en el mediano y largo plazo, los efectos sobre el crecimiento físico y cognitivo de los millones de infantes venezolanos que padecen hoy los rigores de la escasez alimentaria. Sin duda, el peor crimen de Lesa humanidad cometido por la tiranía chavista.