Jesús Alfonso Sánchez: Venezuela y la peste militar

Jesús Alfonso Sánchez: Venezuela y la peste militar

Jesús Alfonzo Sánchez @JASANCHEZ1945

La FANB es la clave para mantener con vida artificial el régimen dictatorial de Maduro, el usurpador. Por ahora parecen incondicionales, pero en los cuarteles reina un ambiente de desconfianza y nadie se fía de nadie por el espionaje del G2 cubano.

¿Cuándo se volteará la FANB contra el usurpador? es la gran pregunta que se hacen los venezolanos. Los militares corruptos están y controlan la administración pública nacional, pero ahora las arcas de la nación están vacías. ¿Están dispuestas las fuerzas armadas a inmolarse por él?

La Asamblea Nacional, dominada por la oposición desde 2015, ha ofrecido una amnistía a los funcionarios que “colaboren en la restitución del orden constitucional” y desconozcan al usurpador Maduro, proclamado presidente tras las elecciones fraudulentas del 20 de mayo 2018. La FANB y narco guerrillas son eslabones fundamentales del régimen, darle la espalda a Maduro implica perder las inmensas cuotas de poder político y económico que han acumulado en estos 20 años del chavismocubano.

 

Desde 1999, el golpista Hugo Chávez abrió la caja chica de Miraflores.  Nombro a dedo cientos de militares activos para ocupar cargos en la Administración pública. Las botas militares con soberbia tomaron como moscas, oficinas de ministerios, instituciones, empresas públicas y nacionalizadas. Los burócratas uniformados comenzaron administrar  presupuestos millonarios sin control previo y sin transparencia como ocurrió con el PLAN BOLIVAR 2000 primer enriquecimiento ilícito de militares al mando del general “el gordo Rosendo por cierto desaparecido del país”; en otras áreas clave como: Tesorería Nacional, recaudación tributaria, administración de las divisas, importaciones estatales, banca pública, construcción de obras, el transporte aeroterrestre, marítimo de pasajeros y carga, compañías de seguros, los puertos y aeropuertos, el servicio de energía eléctrica, de alimentación, minería, gas e industria petrolera, etc.

Y como si fuera poca cosa, el mandamás de Miraflores Chávez designo a generales activos y retirados como candidatos partidistas que se convirtieron en gobernadores, alcaldes y diputados. El mandatario creó también una estructura con nuevas autoridades militares en todo el país: las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI), subdivididas en Zonas de Defensa Integral y estas, a su vez, en Áreas de Defensa Integral, donde muchos jefes se comportan como caporales o caciques del régimen comunista.

 

El chavismo cubano militar fue más lejos. Creó una milicia con adoctrinamiento ideológico   por el G2 en la academia militar y cuarteles del país. Impuso la consigna maligna “Patria, socialismo o muerte” como saludo oficial. La proclamación de las fuerzas armadas como antiimperialistas y chavistas: el caudillo las transformó en un Ejército de partido único. El usurpador Maduro ha repetido en los cuarteles una consigna diabólica de Chávez: “La revolución bolivariana es militar”

El poder económico de los militares incluye, además, actividades ilícitas que van desde el soborno y la extorsión a los productores del campo agropecuario hasta el contrabando de gasolina, minería, productos del mar y el narcotráfico, de acuerdo con denuncias de la prensa nacional e internacional.

El ministro de Defensa Vladimir Padrino asegura que en las fuerzas armadas hay una “unidad monolítica”. Pero el Alto Mando hace jurar a los soldados “lealtad absoluta” a Maduro. En los cuarteles adentro hay un ambiente de cacería de brujas al estilo del G2 cubano y nadie se fía de nadie. Ni siquiera el propio ministro.

Está claro que los cuarteles no son ajenos al malestar que existe en el país ni tampoco inmune a la peor debacle económica que haya vivido el país en 20 años de dictadura.

Hoy por hoy lo que está en juego es la maldita herencia del poder militar que va más allá del régimen castrense del usurpador Maduro. Durante 150 años, los hombres de uniforme y armas de la República han dominado en Venezuela. El destacado historiador-articulista de opinión política, Manuel Caballero hablaba de “la peste militar”, es una enfermedad como el cáncer, “en la que unas células al principio normales empiezan a crecer sin control alguno, matando o dañando las células sanas del organismo”. El historiador sostenía que el único remedio para este mal es una vacuna civil “porque una militar sería como curar una hemorragia con una sangría”. El mayor reto que tiene el gobierno de transición de Guaidó es la desmilitarización y recomposición de las fuerzas armadas. ¿Volverán los militares a los cuarteles?

¿Cómo reinstitucionalizar el partido único FANB? reformar la Constitución Nacional y ley Orgánica de las FAN. Volver a la Obediencia absoluta al Poder Civil Democrático, FAN No deliberantes en asuntos político-partidistas  ni a cargos públicos de libre elección popular.

Hay que realizar elecciones libre y transparente “YA” en Venezuela. liberar a los presos políticos y exiliados, rehabilitar partidos políticos, reformar el REP, garantizar el voto universal, directo y secreto de la gran diáspora de venezolanos (más de 3 millones de ciudadanos en los países del mundo), y elegir un nuevo CNE bajo estricto baremo de ciudadanos probos.

 Más del 95% de la población rechaza al usurpador Maduro en la ineludible convocatoria del día 23F, plazo para que entre la ayuda humanitaria por las fronteras del país que envían naciones amigas al pueblo desasistido por el gobierno militar que se niega con terquedad dejar entrar a los cientos de miles de voluntarios bajo juramento constitucional dispuestos a sacrificar si es posible su vida para llevar al destino cierto la ayuda humanitaria. ¡Ojala! militares, milicias, fanáticos y colectivos reflexionen, decidan con conciencia para que la ayuda humanitaria llegue a enfermos, moribundos y hambrientos en cada hogar y lechos de los más necesitados.

El Jesuita venezolano Arturo Sosa el “Papa negro” el superior general de la Compañía de Jesús de la Iglesia Católica se pronunció desde  Roma por unas “elecciones políticas” legítimas en Venezuela y dijo: “Espero que la sociedad venezolana encuentre un camino para llegar a una solución pacífica que lleve a unas elecciones políticas que todos sientan como legítimas y como posibilidad de futuro” continuo diciendo que lamenta la “crítica situación” de Venezuela generada por una grave crisis “social, política y económica”, la peor de su historia, así como las enormes carencias que tiene la población, que han empujando a millones de personas a abandonar al país en busca de un mejor futuro.

Asimismo, recordó la postura de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que “ha dicho claramente que piensa que hace falta otro Gobierno y llegar a elecciones” libres y transparentes para que los venezolanos puedan elegir su próximo presidente.

Por último, afirmó Arturo Sosa que: “El Santo Padre Francisco ha señalado varias veces que la voz de los obispos de Venezuela es la suya”  y que “el Papa está muy atento a Venezuela, está bien informado y mantiene una relación muy estrecha con el episcopado”.

Hoy en Venezuela continúa la ansiedad por el desenlace de una situación insostenible. La presión sigue y el próximo sábado 23F se convierte en una fecha ultimátum, “si o si” con el anuncio de la entrada de la ayuda humanitaria.

El pulso de la oposición democrática y del gobierno usurpador se mide en este momento con el tema de la ayuda humanitaria, ya el tiempo se agotó y las cartas están echadas.

Negarle a un paciente un tratamiento de diálisis es igual a “ahorcar a una persona hasta morir. Eso está ocurriendo en este momento con 11 mil personas en Venezuela, por un gobierno  al que no le importa la salud de los ciudadanos”. Eso lo expresó el director de Codevida, Francisco Valencia, desde la OEA, durante la Cumbre Mundial sobre la crisis en Venezuela el pasado jueves 14F/2019.

 

La dramática descripción hecha por Valencia recoge uno de los puntos esenciales que pusieron en evidencia ante el mundo el verdadero talante y la más oscura esencia, de cómo la ambición de una élite de poder criminal puede llevar a la muerte, sin ningún pudor, a sus compatriotas venezolanos. La tragedia del país es la atención de la mayoría de los países democráticos en el mundo. De 193 países de la ONU sólo 10 siguen apoyando a Nicolás Maduro, 54 reconocen a Guaidó, basados en la necesidad de una salida libre y electoral y el resto se mantiene en la expectativa de cómo se desarrollará el conflicto.

Hasta ahora la presión internacional se ha centrado en exigir que Maduro acepte el ingreso de la ayuda humanitaria y que acceda a unas elecciones libres en Venezuela. Ambas demandas parecen ser inaceptables para las dos figuras que ostentan el poder en Venezuela: Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

El cerco internacional va a profundizarse y la alianza de Cuba y Rusia, podría quebrarse en cualquier momento cuando, los efectos de la disponibilidad de dólares del gobierno madurista, no sea suficiente para satisfacer las razones económicas de esa alianza. Ambos gobiernos, el de Cuba y el de Rusia, han demostrado que el pragmatismo económico está por encima de cualquier consideración ideológica. Para ambos, sus intereses en el juego geopolítico es lo fundamental.

Hoy Venezuela y la peste militar están vigiladas por los 4 puntos cardinales. La amplia frontera terrestre, el espacio aéreo, ríos, lagos y el inmenso Mar Caribe por fin están controlados por el voluntariado, y no existe posible escapatoria de los criminales de lesa humanidad.  Así de las cosas.

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