Voluntarios que pedían el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela llevaban flores blancas en sus manos, una señal de paz ante la brutal represión de funcionarios armados del régimen de Maduro que lanzaron disparos y gases lacrimógenos.
La señal fue ignorada por colectivos armados que hirieron a más de 285 personas, tomando en cuenta la represión en Ureña, localidad fronteriza con Colombia.