Los cubanos acudían el domingo a las urnas para un referendo constitucional que podría dar paso a modestos cambios en su estructura económica y social, aunque mantiene inamovible el sistema socialista de partido único.
Alrededor de 8 millones de cubanos mayores de 16 años están convocados para votar por la nueva Constitución que reemplazaría la Carta Magna de 1976 aprobada con un 97,7 por ciento de los 5,6 millones de votantes registrados. Gran parte de expertos considera que el texto será aprobado, aunque no con una mayoría tan amplia.
El debate sobre la Constitución ha dominado la vida política de Cuba en los últimos meses, mientras el país lucha por levantar su frágil economía ante un escenario adverso por la crisis de su aliado Venezuela y el embargo comercial de Estados Unidos se intensifica bajo el mandato de Donald Trump.
En un impulso por #CubaVotaSí, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, escribió en su tuit que la Constitución “garantiza los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos de la nación. Porque enaltece la dignidad de nuestro pueblo. Porque es antimperialista”.
En tanto, opositores y exiliados lanzaron una campaña para rechazar la Constitución por lo que califican como una consolidación del comunismo. “Este día 24 se rechazará por el pueblo el sistema impuesto por el Partido Comunista”, escribió Rosa María Payá, líder de Cubadecide, una organización de opositores dentro y fuera de Cuba.
Se espera que muchos evangélicos voten en contra de la propuesta porque temen que pueda abrir el camino para el matrimonio gay, algo que también ha sido criticado por la Iglesia Católica.
El Gobierno cubano organizó un debate popular el año pasado sobre un borrador con las nuevas reformas a la Constitución, que luego fue aprobado con sus modificaciones por la Asamblea Nacional (Parlamento). Además, ha usado el monopolio de los medios de comunicación para difundir el sí como un voto patriótico.
“Miles de cubanos tuvieron la oportunidad de debatir la Constitución en sus barrios y centros laborales. Se actualiza nuestro sistema económico que no es muy bueno, pero intentamos modernizar y eso es muy positivo”, dijo el ingeniero Lázaro Rodríguez, de 58 años, quien se preparaba para acudir a las urnas. Reuters