La situación de los venezolanos en la población de Santa Elena de Uairén, estado Bolívar, es dramática. La información que se describe a continuación es el testimonio directo de personas de la alcaldía de esa localidad y familiares de las víctimas.
Se desconoce el número exacto de fallecidos, pero quienes residen en la comunidad de Kumarapacay afirman que son alrededor de 15 los asesinados. Desmienten que el alcalde de Santa Elena, Emilio González, esté en Brasil, como reportan algunos medios. Aseguran que ante la pretensión de tomar a la fuerza la alcaldía, el mandatario local se presentaría en su despacho para intentar calmar a la población.
“Estamos pasando por un momento difícil y necesitamos ayuda. Volveré a Santa Elena de Uairén y estaré dentro de mi Alcaldía para transmitirle tranquilidad al municipio”, expresó González en un encuentro con la prensa, hace dos días.
Las personas de esa población tienen dos días encerradas en sus casas. Existe muy poca actividad comercial, carros quemados y puestos como barricadas en distintas partes del pueblo.
Este sábado 23 de febrero, personas de la comunidad reportaron que llegó una caravana con unos 60 o 70 vehículos, entre autobuses y vehículos livianos, con militares uniformados, supuestamente de la Guardia Nacional, pero la denuncia que hacen es que quienes andan en esa caravana son presos de El Dorado, de Ciudad Bolívar, más colectivos; todos armados y disparando, sin mediar. Esto, bajo la anuencia de fuerzas estatales oficiales, como el Ejército y la Guardia Nacional.
Se habrían llevado secuestrados a unos 8 muchachos indígenas de la comunidad de Kumarapacay, mientras otros 50 resultaron heridos. También, cuando llevaban a los heridos al hospital, dispararon e intentaron ingresar con estos vehículos al hospital.
Aseguran que la orden es matar a Emilio González, el alcalde, así como a otros capitanes indígenas pemones, quienes deberieron resguardarse en la montaña.
Este domingo 24 de febrero reportan que hubo enfrentamientos entre la gente a la que se trajeron desde Barinas y Guárico para nutrir esa caravana de personas que han atacado a los ciudadanos de Santa Elena. A muchos los engañaron y cuando estaban allá, les dijeron que iban a defender su país. Esta gente se les alzó, aunque otros sí le hacen el juego al régimen. Estos últimos provocan a los policías federales de Brasil que siguen en la frontera por disposición de su país.
En definitiva, es un toque de queda impuesto, no hay ley.
Información recopilada gracias a testimonios de familiares y víctimas.