Estados Unidos y Rusia, enfrentados sobre Venezuela, someterán a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU este jueves dos proyectos de resolución radicalmente diferentes: Washington reclama elecciones presidenciales y el ingreso de ayuda humanitaria, mientras Moscú se inquieta por amenazas del uso de la fuerza y urge a respetar la soberanía venezolana.
El texto estadounidense obtendrá posiblemente los nueve votos necesarios -de un total de 15- para ser aprobado, pero será vetado por Rusia y China, que apoyan al gobierno de Nicolás Maduro, dijeron diplomáticos.
Este proyecto, al que accedió la AFP, asegura que el gobierno de Maduro ha provocado un “colapso económico”, que es necesario impedir un mayor deterioro de la situación humanitaria y llama al “ingreso sin trabas de ayuda” humanitaria.
Urge a celebrar “elecciones libres, justas y creíbles” en presencia de observadores internacionales, y describe la última elección de Maduro en mayo pasado como “ni libre ni justa”.
También pide apoyar “la restauración pacífica de la democracia y el Estado de Derecho” en Venezuela y solicita que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, negocie un acuerdo para celebrar nuevas elecciones en ese país.
Las resoluciones del Consejo, que son vinculantes, deben obtener nueve votos para ser aprobadas y ningún veto de los cinco miembros permanentes (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos).
Rusia contraataca
El texto de Rusia, por otro lado, expresa inquietud por “las amenazas de uso de la fuerza” en Venezuela e “intentos de intervención en asuntos” internos del país, apoya una “solución política” y “pacífica” de la crisis e insiste en que el gobierno de Maduro es el único que tiene autoridad para solicitar ayuda y coordinar su ingreso y distribución.
El proyecto de resolución ruso no cuenta con los nueve votos necesarios para su aprobación, y en el caso de que fuera aprobado, seguramente sería vetado por EEUU, Francia o Reino Unido.
La crisis política en Venezuela enfrenta a Maduro y al opositor Juan Guaidó, líder del Parlamento venezolano que se autoproclamó hace un mes presidente interino y es reconocido por Estados Unidos y una cincuentena de países, incluidos Gran Bretaña, Alemania, Francia y España y naciones latinoamericanas como Brasil, Colombia, Chile, Perú y Argentina.
El proyecto de resolución estadounidense subraya “la importancia de garantizar la seguridad” de todos los legisladores y miembros de la oposición, pero una referencia en un borrador previo que otorgaba “apoyo total” a la Asamblea Nacional fue dejada de lado.
Guaidó tiene previsto regresar a Caracas tras visitar Colombia y reunirse este jueves con el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, aunque Maduro ha indicado que debe enfrentar a la justicia a su retorno porque burló la prohibición de salir del país.
En una reunión urgente sobre Venezuela el martes en el Consejo de Seguridad, el enviado estadounidense para ese país, Elliott Abrams, indicó que Estados Unidos está “seriamente preocupado” por la seguridad de Guaidó.
El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, también ha indicado que el presidente del Parlamento venezolano es blanco de serias amenazas.
Cuatro personas murieron y cientos resultaron heridas el fin de semana en violentos choques entre fuerzas de Maduro y manifestantes que defendían a instancias de Guaidó el ingreso de ayuda humanitaria en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, según la ONG Foro Penal.
Fecha y hora
El gobierno de Maduro asegura que la ayuda humanitaria tiene fines políticos y representa el inicio de una intervención militar en Venezuela, en tanto culpa de la crisis a las sanciones económicas impuestas por Washington y sus aliados.
En la ONU en Ginebra, el canciller venezolano Jorge Arreaza denunció el miércoles una “agresión” estadounidense y abogó por un diálogo entre Maduro y Trump.
“Con el pretexto de la crisis humanitaria, se pretende una intervención en mi país”, insistió.
“La única cosa que hay que discutir con Maduro en estos momentos es la fecha y la hora de su salida”, le respondió en un tuit el vicepresidente estadounidense Mike Pence, quien esta semana aseguró en Colombia que “todas las opciones están sobre la mesa” en Venezuela.
El país petrolero atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con hiperinflación y una escasez de alimentos y medicamentos que ha provocado el exilio de 2,7 millones de personas desde 2017.