La Casa Blanca impidió hoy a varios periodistas acceder al inicio de la cena entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el norcoreano, Kim Jong-un, después de que esos mismos reporteros hicieran preguntas al mandatario estadounidense al comienzo de la cumbre en Hanói.
Un grupo de trece corresponsales ante la Casa Blanca tenían autorización para seguir a Trump todo el día y entrar a todos sus actos con cobertura mediática, pero al menos tres de ellos se quedaron fuera del último acto, el inicio de la cena entre Trump y Kim en la primera jornada de su segunda cumbre.
“(La portavoz de la Casa Blanca) Sarah Sanders nos informó hace poco de que no iban a dejar entrar (en la cena) a ningún periodista de un medio impreso debido a temas sensibles relacionados con las preguntas que se hicieron a gritos en los anteriores actos” de la cumbre, explicó Vivian Salama, periodista del Wall Street Journal.
“Pero cuando nuestros colegas fotógrafos empezaron a protestar junto a nosotros, decidieron permitir que entrara uno de nosotros”, agregó en un correo electrónico enviado al resto de corresponsales ante la Casa Blanca.
Salama era una de los trece reporteros acreditados hoy por el lado estadounidense, y la encargada de escribir los informes conocidos como “pool reports”, de los que dependen miles de periodistas para recibir información sobre los actos de Trump con cobertura restringida.
Aunque ella pudo entrar finalmente a la cena y enviar su informe, los periodistas de las agencias AP, Reuters y Bloomberg se quedaron fuera del acto.
Jonathan Lemire, el periodista de AP, le había preguntado a Trump al comienzo de su reunión a solas con Kim si tenía alguna reacción al testimonio que daría poco después ante el Senado de EE.UU. su exabogado, Michael Cohen, y el mandatario estadounidense había negado con la cabeza.
Por su parte, el corresponsal de Reuters, Jeff Mason, había preguntado en el mismo acto si Trump había dado marcha atrás en su promesa de desnuclearizar la península norcoreana, y el presidente de EE.UU. replicó que no.
La portavoz de la Casa Blanca quiso justificar la medida en un comunicado, en el que aseguró que se había “limitado el acceso a la cena a un grupo más pequeño debido a la naturaleza delicada de las reuniones” entre Trump y Kim.
“Pero hemos asegurado que en la sala había representantes de los fotógrafos, medios de televisión, radio y prensa escrita. Seguimos negociando algunos aspectos de esta cumbre histórica, y siempre trabajaremos para asegurar que los medios de EE.UU. tienen todo el acceso posible”, indicó Sanders.
Numerosos corresponsales ante la Casa Blanca condenaron la medida en las redes sociales, y la atribuyeron a la presunta incomodidad de Trump ante las preguntas sobre su exabogado.
“La Casa Blanca está insinuando que esto se debió a (quejas de) Corea del Norte, pero fue el presidente Trump quien recibió preguntas que no le gustaron”, escribió en Twitter una periodista de la cadena CNN, Abby Phillip.
“Increíble que la Casa Blanca esté tratando de imitar un ambiente de prensa autocrático, en el que solo se permiten fotos, y no preguntas, al presidente de Estados Unidos”, agregó.
Otros recordaron que el incidente se produjo un día después de que la Casa Blanca trasladara en el último momento su sala de prensa para la cumbre debido a que estaba en el mismo hotel donde se aloja Kim.
Al comienzo de la cena con Kim, Trump pareció celebrar la reducción en el contingente de prensa.
“Nada como tener una agradable cena privada”, subrayó.
Con información EFE