Cómo no, no podemos ignorar al sexo masculino. Por lo que hoy hablaremos de su punto más sensible y de una novedad que llegó a nuestros oidos hace poco: los hombres también tienen squirt. ¿Te animas a descubrir cómo?
El punto P es más conocido como el punto G. Este en concreto tiene distintas letras, lo puedes ver nombrado como punto G, H, R o P. Nos quedaremos con este último. Se le denomina punto P ya que se trata de la próstata del hombre. Por decirlo de otra manera, el punto G de un hombres es su glándula prostática. Dicha glándula es la responsable de producir y segregar el líquido del cual permanecen los espermatozoides, conocido como semen.
La próstata es un órgano glandular del tamaño de una nuez y se encuentra debajo de la vejiga, delante del recto. Por deciros una ubicación más exacta, está a unos siete o 10 centímetros del ano, y tiene una superficie de dos centímetros y medio. Te darás cuenta de que lo has tocado cuando notes un bulto.
Ahora viene la práctica, una vez encontrado el punto P llega la hora de estimularlo. Hay muchas maneras de hacerlo, y muchas maneras de sentirlo. Eso ya depende del cuerpo de cada hombre y de lo sensible que tenga esta zona. El masaje prostático se suele realizar por razones médicas, por padecer prostatitis crónica o hiperplasia benigna, ya que acariciar esta zona mejora la salud de las glándulas de la próstata. También previene del cáncer de próstata y previene de trastornos.
Aparte de lo médico, también se realiza por placer. Y es a eso a lo que vamos. Para empezar hay que tener confianza, estar seguros, con ganas y no tener miedo. Cuando te sientas preparado, tú o tu pareja debéis lubricar muy bien la zona, ya que no lo hace por sí sola. Podéis ayudaros con lubricantes pero, atención, a base de agua para no dañar el látex del preservativo.
Un factor muy importante que hay que tener en cuenta es la respiración. Un estudio publicado en ‘The Journal of Sexual Medicine’ reveló que en 65 hombres que aprendieron a controlar la respiración en yoga tuvieron de premio una gran erección y la intensidad del orgasmo aumentó más de lo habitual.
Ahora sí que sí, llegó la hora. Empiezas a hacer un masaje en el perineo y los bordes del ano. Si lo realizas con tu pareja prueba que sume sexo oral mientras te acaricia la zona. Cuidado, hazlo sin fuerza, ya que puede ocasionarle molestias. En el caso de que se esté realizando también sexo oral, como recomendación es mejor ir lentamente y con descansos.
Gracias a la estimulación, la excitación será aún mayor y se intensificarán las contracciones pélvicas. Mientras te estén acariciando el punto P, acompaña con estas contracciones musculares ya que provocará que tus sensaciones vayan en aumento.
Para los más experimentales qué mejor que un juguete sexual, que para eso están. Puedes hacerlo con un rosario anal. Las prostitutas tailandesas en sus encuentros sexuales introducían este juguete con un diámetro de entre uno o tres centímetros. Lo introducían y lo retiraban cuidadosamente. Tened en cuenta que los juguetes sexuales pueden ocasionar alergia, así que buscad bien.
En el caso de que te entren ganas de orinar puede que se esté dando mucha presión a la zona. Ponerse a temblar es otras de las sensaciones que puedes experimentar, pero estate tranquilo, puede ser una sensación verdaderamente placentera. Lo más probable es que no venga una eyaculación acompañando a tu orgasmo, lo que si puede venir es mucho líquido preseminal, pero no tienes por qué eyacular. Una postura para facilitar el acceso a tu próstata es tan sencilla como tumbarte de espaldas con las piernas levantadas. O la básica, a cuatro patas.
Squirt masculino
El squirt consiste, tanto en hombres como en mujeres, de la expulsión a presión de grandes cantidades de líquido. Emmanuele Janini y A. Rubio, en una investigación que realizaron en 2011, comprobaron que dicho líquido contiene urea, ácido único y creatinina. Dicho en palabras normales, se trata de orina que procede de la vejiga.
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