En una entrrevista exclusiva con Infobae en el Departamento de Estado, en Washington, Elliott Abrams, enviado especial del gobierno de Estados Unidos para Venezuela, un halcón republicano que atravesó varias etapas de la diplomacia norteamericana en las últimas cuatro décadas, afirmó que su país no contempla aplicar sanciones o adoptar represalias de ningún tipo contra los países de la región que “hasta ahora” apoyan al régimen de Nicolás Maduro.
Por Francisco Seminario / Infobae
La estrategia, dijo el funcionario de Donald Trump, es diplomática. “Estamos hablando con ellos y esperamos que cambien su política”, dijo. El cerco en torno al régimen chavista debe estrecharse aún más y para eso llamó a los países de la región a “incrementar la presión” sobre Maduro. Estados Unidos, sostuvo, “no está pensando en otra vía” que la diplomática y las sanciones económicas y financieras para desalojar a Maduro del poder. “Por supuesto todas las opciones están sobre la mesa, porque siempre lo están”, razonó.
Abrams también admitió que existe una fuerte preocupación en Estados Unidos y en la comunidad de países que apoyan al “gobierno democrático” de Juan Guaidó por la seguridad del presidente encargado una vez que regrese a Venezuela. “Hay mucha preocupación porque la gente del régimen ha dicho que lo va a encarcelar”, señaló. Pero sostuvo que si el gobierno chavista lo detiene, eso gatillaría “una muy reacción muy grande, sobre todo en Venezuela, pero además en la comunidad internacional”.
La entrevista con Infobae fue en inglés y en español. “Puedo hacer el acento argentino”, bromeó Abrams antes de iniciar el diálogo. Es un viejo conocido de la región. Su controvertido paso por la administración de Ronald Reagan es usada ahora por sectores que respaldan a Maduro para desacreditar sus gestiones diplomáticas.
Momentos antes, en rueda de prensa, el funcionario de Trump había anunciado una nueva restricciones de visas para “docenas” de allegados a Maduro y sus familiares, que se suman a las sanciones aplicadas antes a funcionarios del régimen y a seis jefes militares que “impidieron el ingreso de ayuda humanitaria” desde Colombia. “Vamos a seguir adelante con más revocaciones” de visas, anticipó luego a Infobae.
También afirmó que funcionarios norteamericanos, incluido él mismo, mantienen conversaciones con Rusia “sobre muchos temas y sobre este tema también”. No reveló el contenido de esas conversaciones, pero afirmó que ni a Rusia ni a China les conviene sostener a Maduro.
En otro tramo de la entrevista Abrams afirmó que “tarde o temprano”, las dictaduras caen. “Parecen fuertes, parecen estables, y luego llega el día en que ya no lo son. Espero que ese día sea pronto y creo que hay posibilidades de que sea muy pronto, pero no estamos mirando el calendario sino que estamos mirando a los venezolanos”, le dijo a Infobae.
Rechazó además la idea de que el apoyo a Guaidó y la estrategia internacional que respalda su instalación en el poder hasta convocar a nuevas elecciones en Venezuela esté perdiendo impulso. “Si comparamos la situación a cómo era hace un mes o dos, hay un gran progreso. La oposición se ha unificado en la Asamblea Nacional, el presidente Juan Guaidó ha sido reconocido por millones de venezolanos, que es lo más importante, y por 54 países en el mundo”, dijo.
– ¿Qué debería pasar con Maduro una vez que ya no esté en el poder?
– Es una pregunta que deben contestar los venezolanos. Tendrán que decidir qué hacer con la gente del ex régimen. En cada caso en que hubo una redemocratización, en el mundo y también en Latinoamérica, en las últimas décadas hay diferentes acuerdos sobre qué debe pasar con la gente del régimen, y los venezolanos decidirán su destino.
– ¿Hay alguna negociación directa con el entorno de Maduro o con Maduro mismo para llevarlo a dejar el poder y ofrecerle una salida?
– No, hablamos con el régimen de facto porque tenemos presos norteamericanos, tenemos 30, 40.000 ciudadanos norteamericanos en Venezuela y una embajada, por eso tenemos que hablar sobre su seguridad, siempre es así. Pero no estamos negociando con ellos porque creemos que no son legítimos.