El presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, analizó los distintos programas y planes aplicados por el denominado Socialismo Siglo XXI.
Podemos considerar a tres de ellos como los principales causantes de la crisis económica y social que vivimos, la cual nos condujo a la compleja situación que padecemos los Venezolanos, donde nos encontramos plagados de graves penurias y limitaciones, ubicándonos dentro de los 30 países del mundo con los más bajos niveles en calidad de vida y desarrollo humano. Pasaremos a considerar estas evidencias:
1. El plan de estatización de los medios de producción, al aplicar la política de toma de tierras y empresas privadas para pasarlas al Gobierno.
Antes del inicio de la toma de empresas y tierras se producía en país más del 80% del consumo, hoy apenas si alcanza apenas un 18%. Unas 5 millones de hectáreas fueron invadidas, ocupadas o confiscadas a privados. En ellas se producían entre el 60% y el 100% de lo que se consumía en el país en: leche, carne, arroz, café, caña de azúcar, maíz, sorgo, yuca, caraota, etc. Se desarrolló el programa denominado Agrovenezuela, se otorgaron miles de créditos para sembrar distintos rubros agrícolas. Así como para la cría de ganado y la producción de pollos y huevos. Se importaron miles de millones de dólares para traer tractores, equipos para siembras, cosechadoras y vehículos. Según los voceros oficiales que coordinaban estos programas nos convertiríamos en un país productor de alimentos a precios bajos, se cubriría el consumo nacional y se exportaría buena parte de la producción. Seriamos en Sur América después de Brasil y Argentina el tercer productor de alimentos. En pollos y huevos de ser exportadores pasamos a tener una caída del 60% en la producción nacional. Los hatos expropiados donde se producía un tercio del consumo nacional de carne y leche, en menos de dos años se redujeron al 10% de lo que se producía en manos privadas. Igual sucedió con las fincas y haciendas donde la producción agrícola que en ellas se obtenía se redujo a un 15% en poco tiempo y buena parte de ellas están abandonadas.
Con las empresas agroindustriales y agroquímicas estatizadas, su resultado es de paralización de buena parte de ellas. Igual sucedió con Albapesca de quinto productor de atún en el mundo y de los primeros diez en sardina y otras especies, hoy pasamos a importadores.
Se estima que se “invirtieron” unos 60 mil millones de dólares en estos programas. Hoy la paralización parcial o total y abandono de las fincas, hatos, haciendas y empresas tomadas a privados están a la vista.
Plantas emblemáticas como la de soya en el Tigre, para procesar soya y cubrir el consumo nacional, nunca arranco y su costo cercano a los 2.000 millones de dólares se puede considerar de pérdida total, ya son irrecuperables.
La responsabilidad de la caída de la producción nacional y del desabastecimiento, es totalmente de la aplicación de la política de toma de tierras y empresa privadas, lo cual nos llevó a los más altos niveles de escasez desde la fundación de la Republica. Los responsables buscan culpar a otros de su fracaso en acabar con la producción nacional y de los miles de millones de dólares mal gastados en estos programas. Resultados a la vista a lo largo y ancho del país observados en las tierras y empresas quitadas a los privados.
2. Caída de la producción nacional y aumento de los niveles de desabastecimiento.
Se adoptó una política de importación de materia primas y productos terminados, sostenida con los dólares del boom petrolero desplazando la producción nacional, al colocar precios regulados por debajo del costo de producción logro precipitar más aun la caída de la producción nacional. Reduciéndose el área agrícola y la cantidad de productos procesados por la agro industria nacional. Siendo sustituidos por productos terminados importados.
Con la caída de la producción y del precio del petróleo, no se dispuso de los dólares para seguir importando, quedando a la vista como las empresas y tierras públicas no lograban producir ni siquiera una reducida cantidad de lo que se obtenía cuando eran privadas. Lo cual se convirtió en un total fracaso al no haber logrado ni siquiera los niveles de producción de cuando estaban en manos privadas y por el contrario se redujo a menos de un 20% en el mejor de los casos.
3. Política monetaria expansiva del Banco Central, causante de la hiperinflación que nos arruina día a día.
Cuando analizamos las razones del continuo y sostenido empobrecimiento de los venezolanos, están directamente vinculadas al crecimiento de la masa monetaria en los últimos años. Lo observamos en la caída del consumo de alimentos sobretodo de los más esenciales como: la carne, pollo, pescado, huevos y quesos. Así como medicinas, ropa y zapatos.
El cual se encuentra causado por que el Banco Central está obligado a proveer de los recursos en bolívares, para sostener a todas las pérdidas de las empresas públicas que superan este mes de febrero los 150 mil millones de Bolívares mensuales, los crecientes aportes para cubrir el desbocado gasto social para las misiones se estima se acerca a los 300.000 millones al mes , así como el angustioso déficit publico causado por la caída de los ingresos petroleros se estima se acerca a los 450.000 millones para el mes de febrero.
La masa monetaria o dinero en circulación paso de 60 mil millones de bolívares en Agosto acercándose a los 3 billones en los próximos días, o sea 50 veces de aumento en un poca más de 6 meses lo que nos indica la velocidad creciente de la hiperinflación que es la causante de nuestros altos niveles de pobreza.
Demostrado en el valor creciente de los alimentos comprendidos en la canasta básica familiar de alimentos (cubre las necesidades mínimas de alimentación de una familia al mes), se estima que el 75% de las familias se encuentran por debajo de este nivel y un 92% por debajo del valor de la cesta básica.
Triste evidencia de cómo nos encontramos los venezolanos.
“Estas tres evidencias nos indican que el Socialismo Siglo XXI, es el responsable de los altos niveles de desabastecimiento, caída del poder adquisitivo, y la hiperinflación que nos arruina. Lo cual demuestra los pobres resultados obtenidos en el modelo estatista aplicado y sus graves consecuencias en la capacidad de alimentarse las familias. Ubicándonos dentro de los 30 países del mundo con los más bajos niveles de desarrollo humano y con los más pésimos en calidad de vida”, concluye Brito.