Los venezolanos sufren este miércoles la falta de agua y alimentos tras el peor apagón de la historia del país, que dejó pérdidas millonarias en una economía en ruinas.
Si bien ya se restableció la electricidad en la mayor parte del país, incluida Caracas, algunos estados del oeste del país, tenían amplias zonas sin energía, seis días después del masivo apagón.
Según Ecoanalítica, las pérdidas por el apagón ascendían “a 875 millones de dólares”. La industria está paralizada y “para recuperar al país hay que buscar el apoyo de multilaterales y el sector petrolero”, opinó el director de esa consultora privada, Asdrúbal Oliveros.
“Hay una paralización importante en muchas áreas críticas del sector petrolero. En ese punto podríamos perder 700.000 barriles diarios”, señaló Ecoanalítica.
Con la petrolera PDVSA -fuente del 95% de los ingresos del país- en défault y minada por la corrupción, la ya deprimida producción de crudo había caído de 3,2 millones de barriles en 2008 a cerca de un millón previo al apagón.
La emergencia, que alcanzó a Caracas y 22 de los 23 estados de este país de 30 millones de habitantes, comenzó la tarde del jueves y no fue sino hasta el martes que Maduro aseguró que la luz estaba restablecida en “casi en todo” el territorio.
Maduro acusa a Washington de perpetrar “ataques cibernéticos” y “electromagnéticos” contra la hidroeléctrica El Guri (en el estado sureño de Bolívar), que abastece al 80% de la población del país.
El presidente encargado Juan Guaidó, sostiene que el colapso se debe a la “negligencia” y “corrupción” que alcanzó 1.500 millones de dólares hasta 2016. “El desespero y la oscuridad lo provocan la dictadura”, dice.
“Sin agua, sin luz, sin medicinas, sin dinero en efectivo ni transporte. Esto ha sido tremendo”, declaró a la AFP Victoria Milano, de 40 años. Aunque en su casa ya tenía electricidad, teme que se vuelva a cortar.
En un país que ya sufre desde hace años por la escasez de alimentos, el apagón deja pérdidas por 5,5 millones de dólares a los productores de carne y lácteos, según la privada Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga).
– Desespero por el agua –
El problema mayor ahora era el agua. Largas filas se formaban en torno a camiones cisterna dispuestos por el régimen y alcaldías opositoras para su distribución, incluso en Caracas, donde el bombeo aún no se estabilizó y había racionamiento.
La ministra del Agua, Evelyen Vásquez, aseguró que es “complejo” establecer en cuánto tiempo se normalizará el agua. “Comenzamos los bombeos y vamos avanzando progresivamente. Estamos enfrentando una situación de ataque”, aseguró.
Los hospitales han vivido situaciones dramáticas. Según Guaidó, murió una veintena de personas, mientras la ONG Codevida denuncia que fallecieron 15 enfermos renales por falta de diálisis. El gobierno niega que haya muertos.
“¿Cómo es posible que la maternidad no tenga planta eléctrica? Hemos usado “mechones” (lámparas de queroseno)”, se quejó Milano de las condiciones del hospital donde trabaja, en Caracas.
El país estaba a media marcha. El gobierno extendió hasta este miércoles la suspensión de la jornada laboral y estudiantil. Muchos negocios y los bancos siguen cerrados y el transporte público, ya de por sí deficitario, es muy escaso.
“Del sábado para acá fue una sola comida por día. En las noches, un pocillo de avena y ya. Hoy no tenemos nada”, dijo Elena Espinoza, de 38 años, residente en Maracaibo.
En esa ciudad, capital del petrolero estado de Zulia (noroeste), se registraron saqueos en decenas de negocios. “De las panaderías se trajeron de todo, robaron sacos de harina y hasta los moldes para hacer los panes”, contó Espinoza.
El apagón provocó largas filas en las estaciones de servicio, ante el temor de que falte el combustible, y se interrumpieron las telecomunicaciones.
– Velas, radios y linternas –
El régimen creó una comisión para buscar a los responsables y dijo tener “pruebas de que el sabotaje fue ordenado por el Pentágono y el Comando Sur, y dirigido desde Houston y Chicago”.
Guaidó decretó el estado de “alarma nacional” por 30 días, para pedir ayuda internacional en la superación de la crisis. Uno de sus más firmes apoyos en Europa, España, ofreció ayuda para recuperar un sistema eléctrico “muy deteriorado”.
“Maduro es el responsable de la tragedia”, dijo el opositor, quien se proclamó presidente encargado el 23 de enero luego de que la mayoría opositora del Congreso declarara “usurpador” al mandatario socialista por estimar su reelección “fraudulenta”.
Con información de Maria Isabel SANCHEZ / AFP