En las cárceles venezolanas muchas mujeres se han visto obligadas a mantener relaciones sexuales con funcionarios policiales, para lograr ser trasladadas a sus audiencias ante los tribunales. Así lo afirma la organización Una Ventana a la Libertad, a través de un informe llamado “Situación de las mujeres privadas de libertad en Venezuela” (Una narrativa desde las vivencias), apoyado en testimonios de víctimas, reseña Radio Fe y Alegría.
“Intercambio de comida y seguridad a cambio de favores sexuales, ¿cómo llamaríamos este tipo de relaciones sexuales? ¿Estrategia de sobrevivencia? ¿Abuso de poder?”, se puede leer en el texto. “Violencia de género, pues sólo por el poder de él, ella podía tener seguridad dentro de la prisión, lo cual es deber del Estado proveerla sin nada a cambio. Y este caso no es una excepción”.
Una Ventana a la Libertad expone varios casos con este patrón, entre ellos, el de una reclusa en el Estado Nueva Esparta que, incluso, tuvo su tercer hijo producto de su relación con un Guardia Nacional dentro del penal Centro Penitenciario Femenino de la Región Insular.
“El tercer hijo, es fruto de su relación con un Guardia Nacional dentro del penal. Su historia es conocida por los funcionarios de la defensa pública del Ministerio de Asuntos Penitenciarios. Pero todos argumentan que fue un romance aceptado por ella: no alega violación, asegura que su hijo es producto de una relación sostenida con un guardia nacional, quien le intercambiaba comida y seguridad a cargo de favores sexuales”, relatan. “Al quedar embarazada, el convenio se rompió. Pero ella decidió tener al niño. Desde entonces ya han pasado más de dos años. Espera ser beneficiada con una medida de libertad y no tener que ser separada de su bebé”.
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