El esperado encuentro entre Donald Trump y Jair Bolsonaro marcó, además del relanzamiento de las relaciones entre EEUU y Brasil, la consolidación de la presión internacional contra Venezuela por parte de dos líderes con fuertes intereses en el país, que exigen la restauración de la democracia, publica Infobae.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, es el mantra repetido por la Casa Blanca cuando se consulta por la posibilidad de una intervención armada. Este plan está en mente del presidente estadounidense, por lo menos, desde el 2017, cuando propuso en una reunión con varios líderes latinoamericanos una incursión militar contra el régimen de Nicolás Maduro, según publicó este martes el portal brasileño Veja.
En septiembre de ese año, en la previa de su primer discurso ante la ONU, Trump se reunió en un hotel de Nueva York con Michel Temer, el colombiano Juan Manuel Santos, el panameño Juan Carlos Varela y la vicepresidente argentina Gabriela Michetti.
“El pueblo venezolano está muriendo de hambre, su país está colapsando. Sus instituciones democráticas están siendo destruidas. Nuestra meta debe ser ayudarles y restaurar su democracia”, afirmó el líder estadounidense ante la prensa, antes de conversar en privado con sus invitados. El contexto era apremiante. Tras cuatro meses de protesta y violenta represión, que dejó más de 100 muertos, el chavismo organizó para fines de julio unos comicios para una Asamblea Constituyente, no reconocida por buena parte de la comunidad internacional.
Según publicó el portal Politico, Trump, sentado al lado de su entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, consultó a la mesa: “Rex me dice que no quieren usar la opción militar en Venezuela. ¿Es cierto? ¿Están seguros?”.
Los mandatarios fueron unánimes en descartar la alternativa, según coincidieron en reseñar Veja y Politico. El portal estadounidense asegura que la propuesta fue recibida incluso con sorpresa por parte de los mandatarios.
“En opinión de todos los participantes de la cena, es preciso una solución democrática en Venezuela”, declaró Temer al culminar la cena en el hotel Lotte New York Palace de Manhattan. El líder brasileño se encargó de subrayar que la presión sería diplomática.
Por su parte, Santos planteó la preocupación de los cientos de miles de refugiados venezolanos en otros países, Varela pidió mayor “coordinación de acciones” internacionales para hacer respetar la voluntad del pueblo y Michetti destacó que Argentina ha estado condenado la violación a los derechos humanos y la falta de transparencia del régimen chavista.
Nuevos vientos
Bolsonaro, reunido este martes con Trump, también sostuvo que prefiere la vía de la diplomacia “hasta las últimas consecuencias”, pero informó que ambos conversaron sobre la posibilidad de permitir que el ejército estadounidense se posicione en Brasil cerca de la frontera con Venezuela.
En la conferencia conjunta, Trump también volvió a pedir a los militares venezolanos que retiren su respaldo a Nicolás Maduro y advirtió que su gobierno puede desplegar “sanciones más duras” contra el régimen.
“Dejo Estados Unidos con la sensación de misión cumplida”, tuiteó Bolsonaro al culminar la jornada.