Corea del Norte retiró a sus representantes de la oficina de enlace intercoreana, en un nuevo gesto que apunta hacia un deterioro del diálogo entre Pionyang y la comunidad internacional tras la fracasada cumbre de Hanói.
Corea del Norte notificó al Sur la retirada de su personal indicando que su acción responde a “instrucciones directas de la autoridad superior”, según un comunicado publicado por el Ministerio sureño de Unificación, encargado de las relaciones con el país vecino.
Seúl “lamenta la decisión del Norte de retirarse de la oficina de enlace e insta al Norte a retornar pronto de manera que la oficina de enlace Sur-Norte pueda seguir operando tal y como acordaron ambas partes”, se añade en la escueta nota.
Ambos países, técnicamente aún en guerra, inauguraron esta oficina el pasado mes de septiembre con base en lo acordado en abril en la primera de las tres cumbres que el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, mantuvieron en 2018.
El acercamiento entre los dos países vecinos el año pasado alcanzó cotas históricas, pero el bache en las conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte sobre desnuclearización parece estar dejando las relaciones intercoreanas en punto muerto.
En la reciente cumbre de Hanói entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, ambas partes escenificaron profundas diferencias en su manera de enfocar el proceso de desarme.
El desacuerdo giró en torno al número de activos del programa nuclear norcoreano a desmantelar y al volumen de sanciones internacionales sobre Pionyang que Washington aliviaría a modo de “medida correspondiente”.
El que no se hayan levantado las sanciones impuestas sobre Corea del Norte impide a su vez lograr avances en los proyectos de cooperación económica intercoreana, cuyos ingresos resultan vitales para las arcas del régimen norcoreano. EFE