Vicente Brito, presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, asegura que “en lo que va del 2019 se observan como siguen las desmejoras sociales en las familias Venezolanas, con su evidente impacto en la continua reducción del consumo de alimentos. Lo podemos observar al comparar la capacidad adquisitiva del primer trimestre del 2018 con lo que es el mismo lapso del 2019, donde a pesar que en ese tiempo transcurrido el año pasado se llevaron a cabo una serie de decisiones para supuestamente ‘mejorar’ los ingresos familiares, tales como: el cambio del bolívar fuerte por el bolívar soberano, los múltiples incrementos salariales, aumentos de varias veces de los bonos de asistencia social, programas públicos de aumento de producción a nivel de proyectos comunales para siembra y cría urbanas, así como financiamientos para cultivos de maíz, caraota, plátanos, yuca, etc. adicionalmente se incluyeron programas de créditos dirigidos para producir en distintas zonas rurales del país: carne, pollos y leche. Los resultados esperados no fueron los obtenidos y muy pocos lograron ofertar sus productos a los precios regulados anunciados, no lográndose montos significativos en la producción de estos alimentos”.
“Lo que sí es evidente es que se ha reducido hasta un 50% esa capacidad de consumo en alimentos esenciales con sus efectos colaterales en la calidad de vida familiar, así como en los cambios observados en los hábitos de alimentación al seguir disminuyendo la ingesta de: carne, pollo, queso, pescado, embutidos y huevos. Siendo sustituidos por otros de menor calidad nutritiva. Así como verse obligados a utilizar mayores montos del ingreso total familiar para adquirir alimentos, se estima que hace un año en el primer trimestre del 2018 oscilaba entre un 50% a un 75% el aporte familiar porcentual para el consumo de alimentos. Actualmente las familias han tenido que aumentar ese porcentaje entre un 70% y el 95% en este primer trimestre del 2019, ósea casi un 50% adicional al del año pasado de los ingresos familiares recibidos al mes, lo cual demuestra las limitaciones crecientes para adquirir medicinas, ropas, zapatos, reparar un electrodoméstico o el carro familiar cuando este se tiene”, insiste.
Destaca que “lo preocupante es que no se plantean soluciones a corto plazo a la compleja y angustiante situación que vivimos los Venezolanos, al observar cómo se mantiene la continuidad de todas las políticas públicas que se han venido aplicando y que según todos los análisis realizados por especialistas nacionales e internacionales son las responsables del grave deterioro social en que nos encontramos. Resulta evidente que los causantes de esta difícil situación no quieren asumir responsabilidades algunas, por el contrario lo observado es que se señalan a supuestos actores nacionales e internacionales de todo el entorno de calamidades en que nos encontramos sumidos los venezolanos”.
“Sin que se puedan justificar, ya que la principal razón de la pérdida del poder adquisitivo apunta el dedo acusador al crecimiento de la impresión de dinero inorgánico para financiar el deficitario gasto público, así como la caída de la producción de todas las empresas públicas con capacidades instaladas para abastecer entre el 60% y 80% del total del consumo nacional, las cuales se encuentran en buena parte semiparalizadas o paradas, lo cual se hace evidente al observar la poca o nula presencia de sus productos en los estantes de los centros de distribución de alimentos tantos públicos como privados en el país, así como en las pocas cifras conocidas sobre lo producido por este conglomerado empresarial público”, asegura.
Recalcó que “algunas cifras son dadas a conocer por los sindicatos que agrupan a los trabajadores de esas empresas donde manifiestan su preocupación por la poca producción obtenida, así como la situación de creciente deterioro de estas y la inexistencia de inversiones para mejorar sus capacidades productivas. Esto unido a las dificultades en que se encuentran las empresas privadas sometidas a un régimen de controles y un acoso permanente por parte de los organismos oficiales, las cuales siguen haciendo un gran esfuerzo en sostener sus actividades productivas y comerciales, así lo demuestra el que casi el 90% de la producción y comercialización nacional lo sigue aportando el sector empresarial privado nacional”.
“Lo preocupante es que se hace evidentes que las desmejoras sociales tienden a agravarse en la medida en que avanza el 2019, al no observarse cambio en las políticas públicas que nos han conducido a los elevados niveles de pobreza, inflación y creciente caída en las necesidades de consumo. Las menores cantidades de alimentos producidas se hacen evidentes, con sus preocupantes y complejos efectos en la población Venezolana, los números así lo demuestran”, concluyó.
Nota de Prensa