En su show televisivo de los miércoles, Diosdado Cabello recibió la llamada telefónica de Nicolás Maduro pero el congestionado gesto que puso para comprender la voz de sueño del “presidente obrero” fue un poema sin rima.
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Justo cuando Maduro echaba el cuento del supuesto “ataque con fusil” a una “zona vital” del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), Diosdado arrugaba visiblemente su ceño.
¿Será que se cuestionaba cómo era posible que se realizara una agresión tal a un área que se supone resguardada por fuerte presencia militar?, tal como diversos voceros rojitos garantizan hasta la saciedad, incluido Diosdado.