El británico Lewis Hamilton, quíntuple campeón mundial de Fórmula Uno, lideró este domingo un nuevo doblete de Mercedes en Baréin, donde ganó por delante de su compañero, el finlandés Valtteri Bottas, y del joven monegasco Charles Leclerc, que pilotaba hacia un triunfo seguro antes de que su Ferrari perdiese potencia a falta de ocho vueltas, aunque salvó por los pelos el tercer puesto.
Hamilton firmó su septuagésima cuarta victoria en la categoría reina en una noche que fue dramática para Ferrari, que, con un coche más rápido y después de haber copado la primera fila, apuntaba a los dos primeros puestos, pero tuvo que conformarse con el tercero de la nueva estrella de la F1 y el quinto del alemán Sebastian Vettel, que cometió un fallo cuando iba segundo y acabó por detrás del holandés Max Verstappen (Red Bull), cuarto este domingo en Sakhir.
Un circuito en el que la suerte también le fue esquiva al español Carlos Sainz (McLaren), que, después de arrancar séptimo, se tocó -al pelearle la quinta plaza- con Verstappen en la cuarta vuelta. El madrileño tuvo que entrar a boxes y acabó al fondo del pelotón, desde el que sufrió todo el rato, antes de abandonar al final de una prueba en la que su compañero, el debutante inglés Lando Norris, acabó sexto y que concluyó con el coche de seguridad en pista.
Leclerc vivió una noche trágica en la que, no obstante, firmó su primer podio -gracias al ‘safety’-, un día después de haber situado por primera vez a Mónaco en una ‘pole’ de la F1 y de convertirse, con 21 años y cinco meses, en el más joven ‘poleman’ de la historia de Ferrari, la escudería más laureada de la categoría reina.
Un equipo que no gana el Mundial desde que lo hiciese por última vez en 2007 el finlandés Kimi Raikkonen -séptimo este domingo, con su Alfa Romeo (antes Sauber)-, con el que la joven estrella monegasca ‘intercambió’ coches después de la pasada temporada.
El piloto del principado de la Costa Azul, que organiza cada año en su calles la prueba más ‘glamurosa’ del Mundial, fue este domingo el segundo más joven de toda la historia en arrancar primero en una carrera de F1. Sólo Vettel, que lo hizo con 21 años y 72 días en 2008, un día antes de acabar de sorprender al mundo y ganar con un Toro Rosso en Monza (Italia), mejoraba esa marca.
Y ‘Seb’, en teoría su jefe de filas, salía a su lado, en la muy ventosa noche de Baréin. Justo delante de los dos Mercedes.
Leclerc no perdió el temple cuando lo rebasó Vettel antes de la primera curva y un par de ‘eses’ después hiciese lo propio Bottas, al que nada más cumplirse la primera de las 57 vueltas ya le habían ‘devuelto’ adelantamiento el monegasco y Hamilton, al que el finés había rebasado en la largada.
Sainz adelantó pronto al danés Kevin Magnussen (Haas) y se lanzó a por Verstappen, en una batalla que acabó mal para el español, que, al tocarse con su ex-compañero, tuvo que parar a cambiar el alerón delantero. Pasando de lo que hubiese sido la quinta plaza a cerrar el pelotón; en una acción que fue investigada y que se quedó en nada, pero que hipotecó el resto de la carrera del madrileño.
‘Carletes’ acabaría tirando la toalla cuando entró a pista el coche de seguridad, por la retirada -casi al mismo tiempo, en dos partes distintas de la pista- de los dos Renault del alemán Nico Hülkenberg y del australiano Daniel Ricciardo. Evitando el podio de Verstappen, pero sirviéndole en bandeja un punto al mexicano Sergio Pérez (Racing Point), que lo ‘arañó’ al acabar décimo.
Vettel no consiguió abrir hueco al principio, Leclerc era claramente más rápido y, con tres zonas de DRS (una de las novedades del curso, buscando más posibilidades de adelantamientos), la nueva estrella de Ferrari pidió de nuevo permiso, como en Australia. Aunque esta vez lo obtuvo y rebasó al alemán en la sexta vuelta.
Max paró el primero, en la 12. Cambió de blando a medio. Como Leclerc, en la 14; en la que Hamilton repitió compuesto blando, para hacerle un ‘undercut’ a Vettel, que entró en garaje un giro después y perdió una segunda plaza que recuperaría ocho vueltas más tarde.
Leclerc volaba y superado el ecuador de la prueba, tras 28 giros, comandaba con ocho segundos sobre Seb y diez respecto a Lewis; con Bottas rodando cuarto, a 21; y Verstappen en el quinto puesto, a 26.
Hamilton pasó a medios en la 36, buscando nuevo ‘undercut’. Pero Ferrari reaccionó a tiempo, parando en ese giro a Vettel, una vuelta antes que al nuevo ‘hombre de moda’ de la F1. Pero en el ‘enésimo’ capítulo de la batalla entre inglés y alemán, éste hizo un trompo al ser rebasado por el anterior, cedió la segunda plaza, perdió alerón delantero; y, con ello, toda opción al podio.
Vettel, que descendió en ese lance al noveno puesto, acabó quinto, en una jornada dramática para Ferrari y, especialmente, para Leclerc. Que, aún así, admitió suerte dentro del infortunio y se conformó con un podio que hubiese sido para Max de no haber entrado a pista el coche de seguridad, detrás del que se acabó la prueba.
Hamilton tomó la victoria que le llegó de rebote. Pero reconoció, justo después de afirmar que su equipo había hecho un gran trabajo, que el triunfo se lo hubiera merecido Leclerc; al que le auguró un futuro prometedor y un horizonte repleto de éxitos. Nadie duda de que, en la noche bareiní, ha nacido una nueva estrella. /EFE