“A la ya aguda crisis de escasez de alimentos y medicamentos que ha venido agobiando y matando a los venezolanos, se ha sumado a esta ecuación de la muerte, el colapso de los servicios públicos en Venezuela de agua, electricidad y gas, con todas las consecuencias que de ello derivan, y aún los venezolanos esperamos una reacción contundente en contra del causante de todos estos males”, sentenció, Lester Toledo, coordinador de la Coalición Ayuda y Libertad, al hacer una revisión de los más recientes informes y documentos emitidos por la Universidad Johns Hopkins y Human Rights Watch (HRW) y Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Para Toledo, el colapso de los servicios en Venezuela, vino a agravar aún más la ya aguda crisis, por lo que hizo un llamado de atención a las naciones y a los organismos que permanecen en posición “neutral” o que apelan al conveniente principio de la autodeterminación de los pueblos, a reaccionar. Señaló que una reacción internacional concertada y contundente detendría las muertes de más venezolanos.
“La realidad es que los índices de mortalidad infantil y de parturientas se ha incrementado a niveles críticos, la verdad es que han reaparecido enfermedades ya erradicadas desde hace más de 70 años. Que si entre 2008 y 2015 Venezuela registró apenas un caso de sarampión, entre 2017 y enero de 2019 hubo 9.399 casos, de los cuales 270 fueron fatales. Que si en 2009 se registraron 36.000 casos de Malaria, en 2017 subieron a 414.000, una crisis sanitaria similarmente grave a la de Nigeria”.
El coordinador para la Ayuda Humanitaria de Venezuela ratificó la tesis del informe de HRW, que el colapso de salud se agravó con la asunción al poder del dictador Nicolás Maduro.
“Maduro no solo se ha ocupado de degradar la condición humana de los venezolanos, de violentarle todos sus derechos al restringirle de alimentos y medicinas, si no que ahora también le suprime de los servicios básicos como agua, electricidad y gas. Nos ha demostrado con hechos que ni siquiera le importa el derecho a la vida”.
Los indicadores arrojados por la evaluación a los Derechos Humanos en Venezuela efectuada por la CIDH y por HRW, señaló Lester Toledo, deben ser tomados como argumentos sólidos para sustentar el cambio de posición de aquellas naciones y organismos que hasta ahora se han mostrado neutrales o se han inhibido de votar por más sanciones o regulaciones a la dictadura en Venezuela.
“Deben terminar de entender que en Venezuela no hay cabida para posiciones neutrales. Que la única manera de frenar las muertes de más venezolanos es alinear todas las acciones para poner fin al régimen usurpador”.
Mientras, refirió Toledo, seguirán implementado medidas paliativas mediante la Ayuda Humanitaria, para intentar salvar vidas, pero los venezolanos apremian de medidas urgentes y contundentes. “Es como hemos dicho en todos los foros internacionales, el colapso en Venezuela es generalizado, es de vida o muerte y amerita soluciones contundentes y determinantes”.