La indicación más evidente de la compleja situación social y económica que nos afecta, se refleja en la caída del producto interno bruto durante el primer trimestre del 2019, se estima oscila entre 6% y un 8% siendo de los más altos en el contexto de países. Así como el crecimiento inflacionario que nos indica que somos el único país del mundo en hiperinflación. Presentaremos nuestros análisis en ambos temas a continuación.
Por: Vicente Brito
La caída del PIB puede ser considerada como uno de los mayores de todos los países del mundo, incluso aquellos que se mantienen en situación de guerra, esto se refleja en la disminución de la actividad en todos los sectores de la economía nacional. Incluye: Petróleo, Agricultura, Ganadería, Pesca, Industria, Comercio, Electricidad, Construcción, Transporte, Banca y demás sectores económicos.
La caída más pronunciada se refleja en la actividad económica publica la cual puede alcanzar entre un 10% y hasta un 12% durante estos tres primeros meses del año, en cambio la privada se sostiene mucho mejor oscilando su caída entre 5% y 6% en las actividades de producción, distribución y comercialización. A pesar de la sostenida aplicación de regulaciones y controles a la cual se encuentra sometida la empresa privada esta sigue sosteniéndose, así lo demuestra en su capacidad de manejo de casi el 90% de lo que se produce y comercializa en el país.
Su efecto social se refleja preocupante en los resultados negativos. Como el crecimiento del desempleo lo cual estimamos oscila entre 13% y un 14% promedio nacional, aumentando un 2% en este primer trimestre del 2019. Con un crecimiento de la informalidad en un 3% en lo que va de año para alcanzar una media nacional del 50%. Ósea que casi dos terceras partes de los Venezolanos en edad y necesidad de trabajar no tienen un empleo estable con salario y prestaciones sociales.
Sus consecuencias se hacen evidentes en la perdida de ingreso familiar lo cual los limita más aun su capacidad de consumo, observándose en mayores desmejoras en la calidad de vida, lo cual se refleja en el sostenido aumento de la pobreza extrema la cual se acerca a un 40% del total de las familias Venezolanas, que son aquellas con ingresos mensuales totales familiares que están por debajo de los100 mil bolívares al mes ósea 5 salarios mínimos, cuyos niveles de alimentación están muy por debajo de los requerimientos mínimos de proteínas y otros alimentos esenciales, establecidos por la FAO y la Organización Mundial de la Salud.
Los niveles inflacionarios donde estamos ubicados nos colocan como el único país del mundo en hiperinflación, como resultado de la política monetaria expansiva del Banco Central. Lo cual unido a ser una de las naciones del mundo con los más altos niveles de caída del Producto Interno Bruto. Ambos indicadores nos reflejan la gravedad de la crisis en que nos encontramos.
Lo podemos observar al comparar las cifras de como en la medida que ha venido creciendo la inflación en los últimos 5 años, se puede ver como el PIB ha venido teniendo una sostenida caída. Lo que causa un impacto directo en las desmejoras sociales que agobian a las familias como resultado de políticas públicas aplicadas las cuales han causado reducción de la actividad económica y el empobrecimiento acelerado de los venezolanos.