Los habitantes de una pequeña localidad de Colorado recordaron el sábado a las 13 personas que murieron en el tiroteo del 20 de abril de 1999, perpetrado en una escuela secundaria por dos de sus alumnos, la primera masacre mediática de la era moderna.
Doce estudiantes y una maestra fueron asesinados cuando dos adolescentes ataviados con sobretodos negros y armados con varias armas y bombas caseras atacaron la escuela en Columbine, cuyo nombre se ha convertido en una triste referencia de tiroteos escolares.
Durante horas, ese martes de primavera de 1999, los estadounidenses vieron por televisión el tiroteo y la intervención tardía de la policía en Littleton, un suburbio de Denver, en el oeste del país.
La masacre cambió la forma en que las escuelas y la policía se preparan para los tiradores, mientras que los ejercicios de contención y evacuación de alumnos se convirtieron en rutina para generaciones de estudiantes estadounidenses, desde el jardín de niños.
Sobrevivientes y heridos del tiroteo, que ahora son adultos y padres, así como familiares de las víctimas y habitantes de Littleton participaron el viernes en la noche en una vigilia.
Este sábado a las 21H00 GMT se realizará una ceremonia oficial en un parque cercano a la escuela, donde se erigió un memorial dedicado a los 12 estudiantes de bachillerato y a la profesora asesinada por los dos tiradores que se suicidaron.
“Durante 19 años, estuve triste, con el corazón roto. Pero se convirtió en enojo, porque nada cambia”, dijo recientemente a la AFP Amanda Duran, quien tenía 15 años el día que su mundo cambió.
Su mejor amiga fue asesinada. “Yo no oí las balas silbar en mis oídos y no me apuntaron con un arma. Desafortunadamente, esto no evitó el trauma”.
Obsesionada con Columbine
Columbine generó un debate sobre las armas de fuego y después de tres presidentes la solución en la sociedad de Estados Unidos parece lejana.
La cantidad de armas sigue aumentando (393 millones para 326 millones de habitantes), y los tiroteos, en las escuelas o en otros lugares, actualmente ocurren de manera regular.
Desde la matanza de Columbine, 226.000 niños, en 233 escuelas, han estado expuestos a un tiro de arma de fuego en tiroteos, mortales o no, según una encuesta del Washington Post. El último episodio data del viernes, cuando un hombre disparó contra las ventanas de un salón de clases en una escuela de Jacksonville en Florida, sin dejar víctimas.
Entre las peores matanzas de escuelas están las de la escuela primaria Sandy Hook en Newton, Connecticut, en 2012 (20 niños de seis y siete años y seis adultos muertos) y la de Marjorie Stoneman Douglas High School, en Parkland, Florida en 2018 (17 muertes).
Columbine también adquirió una dimensión mítica.
Se mantienen muchas dudas sobre los autores del tiroteo: los jóvenes, de 17 y 18 años, no pertenecían al grupo de estudiantes que acostumbraban vestir de negro, tampoco estaban tan aislados como se creía y no actuaron por venganza de algún tipo de acoso.
Las secuelas de Columbine todavía se sienten. Una adolescente estadounidense cuya obsesión con la masacre provocó el cierre de escuelas y una persecución en Denver fue hallada muerta el miércoles, a causa de una herida de bala aparentemente autoinfligida.
Las autoridades habían advertido que estaba “armada” y era “extremadamente peligrosa”, y ordenaron a medio millón de estudiantes quedarse en sus casas.
AFP