Eran las 5:00 am, el 30 de Abril, cuando comenzaron a circular las informaciones que marcarían el inicio de la “Operación Libertad”, entre vecinos nos despertábamos unos a otros, “Guaido está en la Carlota”, “Leopoldo Lopez está libre”, “Edgar Zambrano, los demás diputados y los militares están respaldando el cese de la usurpación”… Fotos, vídeos, mensajes y en un momento vecinos de El Oasis, El Molino, Los 300, el Casco de Tocuyito y de los Chorritos se encontraron frente a la Urb. La Esperanza para manifestar pacíficamente nuestro respaldo absoluto a la agenda democrática: Cese de la Usurpación, Gobierno de Transición y Elecciones Libres.
Banderas, pitos, y cacerolas son las armas de un pueblo hastiado de la crisis, la corrupción y la indolencia del gobierno usurpador. Nos sorprendió gratamente el comportamiento cívico de la Policia Municipal de Libertador quienes nos brindaron asistencia y respaldo, sufren la crisis igual que los civiles, sin embargo, a final de la mañana, una vez que la manifestación logró una masiva asistencia, se presentó una tanqueta con la intención de dispersarnos. Nos lanzó bombas lacrimógenas y perdigones, no midieron sus actos y la reacción popular fue incontenible. Esa tanqueta tuvo que huir entre insultos y el desafío de gente dispuesta a seguir protestando.
Un poco más tarde, la Policia Municipal nos advierte de una nueva movilización de tanquetas. En efecto, 4 tanquetas y varios efectivos militares en moto lanzaron todo su arsenal de bombas lacrimógenas, perdigones, golpes y violencia contra ciudadanos ejerciendo su legítimo derecho a la protesta pacífica. Hubo heridos y detenidos, hasta el momento, no sabemos sus nombres, no hubo mediación solo represión. Personalmente tuve que correr varias cuadras y resguardarme en casa de un vecino, el gas me afectó mucho (me pareció más fuerte que el habitual), hubo casos donde los guardias dispararon perdigones directamente a las casas solo con animo de amedrentar.
Al recuperarme y salir, pensaba que se habría dispersado todo. Ya había pasado más del mediodía y la violencia fue extrema. Pero no, los vecinos salieron una vez más, se secaron las lágrimas, se acomodaron sus ropas y caminaron nuevamente hasta sus calles y avenidas. Se armaron barricadas, en el caso de El Molino, los vecinos atravesaron desperdicios y restos de vehículos abandonados superando el metro de altura, el motivo fue preventivo: “No nos maltratarán más” me dijeron.
¿La respuesta del régimen? Cortaron la luz, no hay servicio de internet, ni telefonía, apenas algunas emisoras de radio pueden sintonizarse con la habitual censura. ¿La reacción de la gente? más organización para la “Operación Libertad”. Si todos estos acontecimientos tienen lugar en el municipio Libertador, en Carabobo, ¿cuánto no está ocurriendo en el resto del país?
No hay lugar para la duda, el pueblo debe salir, unidos, militares y civiles pidiendo el cese de la usurpación. Los riesgos son ciertos pero la encrucijada es elocuente, podemos elegir entre lo que ya conocemos, el regimen usurpador de Nicolás Maduro que depende en exclusivo de la violencia para sostenerse o, por el contrario, podemos actuar para lograr un gobierno legítimo, electo por voto libre, con soporte en la ley y en la Constitución. #TodosALaCalle #PorUnaVenezuelaLibreYDeLosVenezolanos
Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica