En estos momentos de dolor, angustia, tristeza, rabia y desesperanza, comunico mis palabras de pésame, comprensión, solidaridad y acompañamiento, a familiares, amigos y ciudadanos todos de la Península de Paria -llamados también Parianos-, dolientes de los náufragos de la embarcación tipo bote peñero zozobrado en la ruta oceánica rumbo a las costas de Trinidad-Tobago.
Solo personas como yo, vinculadas a esta tierra por razones naturales, afectivas, familiares o espirituales, podemos valorar, experimentar y dimensionar en su justa medida, el dolor de la gente y su región enfrentada permanentemente a la desgracia del hambre.
La embarcación naufragó no solo por la bravura del mar ni la altura de las olas, aunque es respetado por peligroso este lugar donde se encuentran el Mar Caribe, Océano Atlántico, Golfo de Paria y cercano a la desembocadura del río Orinoco.
Hay otros factores, aparte de los naturales responsables de la pérdida de estas valiosas vidas humanas. Son los elementos políticos encarnados en Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, “su cúpula-camarilla-junto a los países de Cuba, China y Rusia.
Son todos ellos los verdaderos responsables de esta desgracia. “Los muertos ahogados de Güiria son de Maduro”. Las mujeres y hombres a bordo de esta frágil embarcación no se desplazan con fines turísticos, ni a corromper o prostituir sus cuerpos; iban buscando alimentos, medicinas, trabajo. Una mejor vida.
Pero encontraron la muerte. Las aguas embravecidas los trasladaron de “la tierra de gracia al mar océano del llanto eterno”. ¡Qué dolor tan grande Señor!
Otra hoja gris para el expediente de Nicolás Maduro en su larga lista de crímenes de lesa humanidad.
Esos ciudadanos no eran marinos experimentados, tampoco comerciantes; menos narcotraficantes. Aun teniendo conocimiento del alto riesgo al cual se exponían decidieron “lanzarse a esa aventura”, emigrando ilegalmente vía marítima a un país cada vez más hostil con los venezolanos.
Buscaban alguna posibilidad de sobrevivencia, porque aquí, el régimen descarado y miserable de Maduro, Padrino López, Diosdado, los hermanos Rodríguez, Raúl Castro, Chinos y Rusos, acabaron con toda posibilidad de vida digna y decente.
Deberán pagar, y más temprano que tarde tendremos la transición, que nos abone el camino para la celebración de unas elecciones libres y creíbles. Con la participación de todos los partidos, líderes políticos -algunos presos, exilados-, y todo en un contexto de libertad, confianza y respeto.
Pero el mal ya está hecho. No habrá venganza, pero si justicia.
Llegado a este punto es oportuno señalar la conveniencia de la conformación del “Estado Paria, capital Güiria”. Lo he planteado en lo personal y desde Unidad Visión Venezuela. En Cumaná, por ejemplo, no toman en cuenta a Güiria para nada. Menos en Caracas.
Es necesario la conformación de una nueva entidad federal y una región lo más autónoma posible. No separada del resto de Venezuela, pero si con la suficiente autonomía para tomar sus propias decisiones y construir su destino a partir de sus múltiples recursos turísticos, agrícolas, mineros, marinos, hidrocarburos, gas, y el más importante de todos: “el talento de la población”.
Estos son los siete municipios que integrarían el nuevo estado Paria: Bermúdez (Carúpano), Arismendi (Río Caribe), Benítez (El Pilar), Libertador (Tunapuy), Cajigal (Yaguaraparo), Maríño (Irapa) y Valdez, Güiria, su capital.
Ya llegará el cambio de gobierno y con ello también el final de los balseros venezolanos.