José Machillanda: En política riesgo no… es insensatez

José Machillanda: En política riesgo no… es insensatez

El anuncio de la Operación Libertad concluye el 30 de abril como una supuesta acción comunicacional desesperada, imprevista, donde se muestran efectivos de la fuerza aérea y se convoca a la ciudadanía de la capital a ¿Qué se concentren para qué? ¿Para demandar el cese de la usurpación?. Esta imprevista, violenta y adireccionada acción no guarda relación con el Ambiente Político Real Violento que padece el cuerpo social venezolano, menos con el decurso de una Transición Política que como proceso de socialización impone un modelo o tipo de transición política, para con ello con la ciudadanía incorporada y activa, garantizar alcanzar el logro del cese de la usurpación según la Ley de Estatuto que hoy rige la república.

El Ambiente Político Real Violento que el régimen ha instalado en la ecuación política venezolana es categórico en su decisión de no separarse del poder… ¿Hay o queda alguna duda?, y para ello emplea al cuerpo armado como partido político en armas que opera en apoyo de la revolución bonita. Ese componente socio-partidista NO puede ser ignorado… menos cuando el cuerpo de generales, lacayos del régimen, han sido cooptado desde 1999 por el castrismo-chavista, apoyados hoy por la inteligencia cubana y el marxismo confeso de Padrino López. En consecuencia, el Estado venezolano no cuenta con un estamento militar, sino con una masa adireccionada de hombres uniformados, distantes del profesionalismo militar, de la ética, el espíritu de cuerpo, la táctica y la estrategia. Es por todo ello, que hoy se titulan caporales del castromadurismo y queda claro que no existe militares profesionales ¡NO!  sino operadores y socios de una tiranía,

La Carlota como Operación Libertad, como acción de desespero del liderazgo político, como expresión de desconocimiento de marasmo sociopolítico y enorme ignorancia sobre el entorno interno militar se relaciona con la base aérea Francisco de Miranda, para crear un momentum político que constriñe, cierra y desvía las expectativas del 1° de mayo. Es una acción inexplicable, es un evento irresponsable, es una construcción que no tiene motivo, ni dirección ni sentido y por el contrario crea y expande en una gran confusión. Está muy lejos de ser un coup d’etat, no fue insurrección, no hubo combinación de factores civiles y militares claves y mucho menos expresión de fuerza, no hubo táctica, ni estrategia, no se identificaron objetivos políticos ni de otro orden, y mucho menos objetivos principales. No se pensó entonces, en que esa acción absurda debía otear o aproximar algún apoyo a favor de la democracia, parece que no… entonces,  ¿Qué fue? ¿Qué pasará después de todo este simplismo repentino e infantil?.

El liderazgo político simplista y su Operación Libertad han comprometido a muchos venezolanos de buena fe, demócratas reales y dispuestos a la participación política contendiente,  que después de las 10:00 am no encontraron repuesta a tanto absurdo. Quizás, con tan disparatada acción, el comunismo militarista en Venezuela y el gravísimo error de La Carlota pudiese abrir un espacio a la política internacional, exactamente a la geopolítica. Geopolítica que se ancla en la declaración del presidente Obama en el 2015, cuando explicó que América latina es zona de interés e influencia para Washington. Washington hoy en La Carlota como regresión política en su desconcierto acelerará el pensamiento para activar la política internacional regional, de acuerdo a sus intereses.

El liderazgo político simplista, inmediatista de la Venezuela del 2019 – sin formación de la táctica ni dominio insurreccional, ni conocimiento del entorno interno militar, ni conocimiento del Ambiente Político Real Violento, lejanos de la civilidad, y desconocedores de la participación ciudadana, tendrán que recoger cabos para terminar de reordenar lo que significa un proceso de transición política. Están obligados a redimensionar su participación, su re-direccionamiento y su estrategia sí es que intentan, finalmente, lograr el poder político democrático. Es decir, tienen que construir vía la ciencia política, vía la participación política no un golpe de estado, ni el uso de la fuerza, sino el valor de la participación como un valor de las virtudes y la cultura política que deberán ser los protagonistas, junto a la ciencia, y jamás de la antipolítica.

El empleo del militar y lo militar es la más clara expresión de la antipolítica, es decir de los enemigos de la política que concilian, en consecuencia, intentar conquistar a parte del elemento militar atrayéndole a funciones delictivas, no es el más sano camino para la construcción de la República. Ciertamente, el castrochavismo y el castromadurismo es la mayor destrucción de un previo estamento militar venezolano que hoy sirve como caporales a la orden de una organización política, que hace tiempo se alejó de la democracia y pretende en el siglo XXI la imposición de un modelo comunista que el 82% de los venezolanos rechaza a de manera abierta, pero requiere de un grupo importante de prohombres, de líderes políticos emergentes, de líderes políticos vecinales, capaces de constituir una expresión cierta y bien organizada para contener la barbarie del castromadurismo y de la antipolítica.

El liderazgo político democrático esta impuesto a hacer política y mucho después del 30A, igualmente bloquear la polemología y abrazar la política para abrazar las masas ciudadanas, que inspirados en la política como vía de la conciliación y del ejercicio del poder legitimo, construyan el camino para una sociedad plural, configurada alrededor de la Constitución, que permita el restablecimiento de un Nuevo Orden Social. El simplismo del 30A responsable por la Operación Libertad en La Carlota está obligado éticamente a dar un paso al costado. Fracasó en la interpretación y en la acción de una escaramuza y que desacredita a quienes se presentaron como demócratas.

La ciudadanía democrática exige que sus próximos operadores políticos construyan una voluntad general para hacer política en Venezuela. Política que empiece por la construcción ciudadana, que avizoren instituciones concretas, que sean garantías para acceder al poder político, que se inspiren en la ética, y sobretodo que entiendan… de la potestad y necesario respeto a la Constitución y leyes de la república.

 

Es original,

 

Dr. José Machillanda

Director de CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 7 de mayo de 2019

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