Fallece patriarca emérito maronita Nasralah Sfeir en el Líbano

Fallece patriarca emérito maronita Nasralah Sfeir en el Líbano

(foto @maronitas_es)

 

El cardenal Nasralah Sfeir, patriarca emérito de los maronitas (católicos de Oriente), gran defensor de la independencia del Líbano y pilar de la reconciliación drusa-critiana, falleció hoy a tres días para cumplir sus 99 años.

El cardenal Sfeir, 76 patriarca maronita, había ingresado el pasado 26 de abril en el hospital Hotel Dieu de Beirut por una afección pulmonar, pero su estado se había deteriorado en los últimos días.

La muerte del religioso fue anunciada hoy por su sucesor, el patriarca Bechara Rai, en un comunicado en el que subrayó que “la Iglesia maronita está huérfana y el Líbano está de duelo” instando a las iglesias a replicar las campanas y rogar por su alma en las misas que se celebran hoy.

Aún no ha sido anunciado cuando tendrán lugar sus funerales, pero las principales autoridades expresaron su pesar por su desaparición.

En un comunicado, el presidente Michel Aoun afirmó que Sfeir fue “uno de los patriarcas más importante del Líbano, dejando una huella luminosa en el país. Fue un gran defensor de la soberanía, independencia del Líbano y dignidad de su pueblo”, afirmó.

El primer ministro, Saad Hariri, manifestó que el expatriarca “permanecerá vivo en la conciencia de aquellos que lo conocieron” y aseguró que “logró un Líbano en paz después de conflictos sangrientos y destructores”.

Nombrado patriarca por el papa Juan Pablo II el 26 de noviembre de 1994 en plena guerra libanesa (1975-1990), logró que los líderes cristianos, a excepción del general Michel Aoun que presidía un gobierno castrense, aceptaran el acuerdo de Taif que puso fin a la contienda (1989), del que fue uno de los artesanos.

Más tarde obró contra la ocupación siria del Líbano, y la liberación del país que solo se obtuvo tras el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafic Hariri.

Desde su nombramiento como patriarca, Sfeir rechazó visitar Siria y en 2001 boicoteó el viaje de Juan Pablo II a ese país.

En 2008 se negó a asistir a la inauguración de la presunta tumba de San Marón en la aldea de Brad, al noreste de Alepo, tras una invitación de las autoridades de Damasco.

También prometió a las familias de los desaparecidos en Siria que no abandonaría su causa.

El expatriarca fue el pilar de la reconciliación cristiana-drusa tras los combates entre milicias en las montañas y que había terminado con la expulsión de los primeros de esas regiones.

Preconizó, por otra parte, el desarme del Hizbulá e instó a encontrar una solución a su arsenal para poder formar un Estado libanés fuerte.

El 26 de febrero de 2011, el Vaticano acepta su dimisión, presentada con anterioridad y le sucede el actual patriarca Rai. EFE

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