Con la sonrisa de Gregory Sanabria, todo malogrado, afloró la intolerancia. Con Lorent, el régimen amplificó lo inocultable, el ensañamiento contra sus adversarios, que no es justicia, ni se le parece. Es un acto de tortura mantenerlo secuestrado, una clara señal de ese ensañamiento que recae en quienes no se doblegan, cuya voluntad es inquebrantable, ¿cómo decir de Lorent Saleh lo contrario?, si sus carceleros expresan a gritos que no es suficiente el tiempo que lleva en El Helicoide ni lo fueron más de 2 años que estuvo enterrado en vida en La Tumba de Rodríguez Torres, la misma que avaló Gabriela Ramírez y refrendó Luisa Ortega Díaz.
Por José Luis Centeno S. (@jolcesal)
Es algo aberrante, fuera de toda norma, que ocurre a diario con todos los presos políticos, solo que ahora lo estamos viendo en vivo y directo, extendido a los familiares, lo vemos en Yamile Saleh Rojas, la madre de Lorent, en su tía Fátima, ellas han padecido la crueldad de la prisión, como la sufren todas las madres y familiares de los presos políticos, en un choque de emociones que pareciera no tener fin, sintiendo gran angustia e incertidumbre día tras día, soportando la agonía de esperar desesperadamente la libertad de ese ser tan querido, a quien nadie le podrá devolver los años robados.
Este cuadro de extrema perversidad, adquiere connotaciones de barbarie al recordar que Lorent, detenido el 05/09/2014, hoy cuando escribo, 05/06/2018, cumple 3 años y 9 meses secuestrado, sí, ¡secuestrado!, pues no ha sido juzgado, con 49 diferimientos de audiencias, sin acusación formal, pagando una condena anticipada, circunstancias que a la luz del Artículo 1° del Código Orgánico Procesal Penal, por citar sólo una referencia legal, constituyen transgresiones flagrantes al ordenamiento jurídico nacional e internacional. Si a eso súmanos que el Ministerio Público pidió cautelar por retardo judicial indebido hace 1 año, pero además, que está muy enfermo, con diagnósticos de afecciones físicas y psicológicas por el maltrato de sus carceleros, el ensañamiento salta a la vista.
Bien lo ha dicho Enrique Aristeguieta, “Con él han sido especialmente malignos”, para mayor sarcasmo, por ser entregado por el actual Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, este joven luchador y aguerrido hoy es torturado y víctima de violaciones constantes. “Ya es hora de que se le libere e indemnice”, porque a todo daño corresponde una reparación, que incluye la determinación de responsabilidades, sobre todo penales, que tales desafueros acarrean y que por estos días se ha convertido en un propósito hemisférico que debemos fortalecer con nuestra solidaridad activa con todos los presos políticos que, como Lorent Saleh, patentizan los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela.
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