El Ateneo de Coro es el punto de convergencia de la inquietud cultural coriana, reúne en sus directivos y animadores un criterio amplio muy valedero de lo que significa la cultura participativa.
Hoy 13 de mayo de 2019, a sesenta y cuatro años de su fundación evocamos tiempos de fe y esperanza, rendimos tributo de admiración y respeto a los corianos que junto a otros venidos de tierras lejanas conformaron la Junta Promotora: Ángel S. Domínguez, Jesús Rojas Velásquez, Francisco Belda Benet, Rubén Ismael Padilla, Marbella Medina, Antonio Díaz Andara, Ildemaro Alguindigue, Doña Regina de Andara, René Quevedo Pachano; ellos conformaron equipo que unió a muchas personas de la comunidad, prevalecía el empeño de integrar, compartir ideas y lograr una institución que asumiera con responsabilidad la preservación de nuestros valores culturales. Herederos de ese compromiso que no muere, quienes la han dirigido, cada uno en su tiempo, con un conjunto de corianos sensibles a la actividad cultural, aportaron preocupación por todo lo que nos identifica como pueblo decente con perfil propio y valores éticos que no se juegan en la mesa de cualquier apostador. Recordamos a: Ángel S. Domínguez, Doña Clara de Briceño Perozo, María Teresa Salcedo, Rafael Calles Sierra, Ildemaro Alguindigue, Pedro Luis Bracho Navarrete, José Nicolás Mendoza, Luis Alfonso Bueno, Levy Burgos, Rolando Chirinos, Jesús Jatar Senior y extraordinarios Ateneistas que han sido entusiastas colaboradores y destacamos en relieve con admiración al el maestro José Maiolino Conte y el Profesor Hermes Coronado consagración generosa y trabajo sostenido que en mucho han logrado los objetivos de la institución “Por Coro y Para Coro” todos ellos representan dignidad y decoro para la institución, edificaron la plataforma de fe que sortea vientos y huracanes, mediocridades e indiferencias, perfil inequívoco de ciudad diferente en el concierto del país con valores propios consustanciados con la moral y la ética.
“El Ateneo de Coro tiene cuerpo y venas, amigos entrañables y algunos enemigos”… estamos claros y conscientes…pero no hay vendaval por más desastroso que sea que dé un envión y cierre sus puertas, ni bota alguna que profane su entrada.
Y como dijo el Br. Agustín García en esa fecha memorable 13-05-1955 en el auditórium del Liceo “Cecilio Acosta” “Llevar en los labios agónicos, como el soldado de maratón, el anuncio de la victoria tales deben ser las directrices del Ateneo de Coro, así ladren los perros del camino, así pongan caras foscas los intereses creados; así haga malos ojos la incomprensión y la envidia muestre sus dientes amarillos… No dudo que su posición será pulcra, firme por más que fuerzas extrañas traten de llevarlo a la grupa, y si ha de morir, que muera pero con la antorcha en la mano. ¡Morir con la antorcha en la mano es la moral suprema!”