Con Terroristas no se Negocia, por: Luis Velázquez Alvaray

Con Terroristas no se Negocia, por: Luis Velázquez Alvaray

 

Es muy claro el Presidente Guaidó cuando señala, que la única salida al Infierno Chavista es derrotarlo. Conveniente ahora, explicarle eso a los Noruegos.

No existe alternativa posible, a una misión militar humanitaria que devuelva la vida a los millones de habitantes que sufren los embates del narcotráfico, la delincuencia organizada, la pobreza masiva y la cada vez más poderosa invasión de todas las calañas terroristas del mundo. La organización Española (ETA), disuelta en Europa, tiene asiento en el país y forma parte de los invasores múltiples que hoy nos desmantelan.

La Comunidad Internacional debe intervenir y eso es lo único que se puede conversar. El respaldo masivo del mundo al Presidente Guaidó, debe pasar a los hechos. Lo contrario es potenciar la delincuencia organizada,que controla el Estado venezolano y cuyo objetivo central es destruir la democracia globalmente.

Deben saber, que este grupo delincuencial se acaba de raíz o nada se hará. En otras palabras se debe ir a, no solo por Venezuela, también por Nicaragua, Cuba, Bolivia y todos los aliviaderos mundiales, dónde se mantienen con el aval silencioso de algunos gobernantes.

No hay salida posible ante el genocidio diseñado desde Cuba.

Este grupo criminal que dirige Venezuela (Terrorismo iraní, guerrilleros de todas partes, narcotraficantes poderosos del mundo, ETA, piratas del oro y minerales costosos, asesinos reclutados y rehechos, con identidad nueva, redes financieras criminales) es imposible que se marchen bajo mecanismos diplomáticos tradicionales.

Negociar con estas redes asesinas no se puede. Es ir además, contra el orden mundial. No existen reglas en el derecho internacional que permitan la continuidad de un terrorismo masivo. Al contrario, este se ha constituido para la defensa de la libertad y la democracia. Lo otro es crear falsas expectativas y fortalecer la desaparición de la política, por las estructuras delincuenciales organizadas.

No hay excusas: ni jurídica, ni humana. Ante el crimen, la única ley posible es la que lo tipifica y lo castiga.

Si se trata de argumentos jurídicos: sobran. Se hace interminables citarlos y para evitar este tipo de catástrofes es que se han creado los mecanismos internacionales de protección a los pueblos que la sufren.

En Venezuela también lo plantea la carta magna en toda su conformación. La coyuntura de hoy, la terrible coyuntura de hoy, se resuelve con la aplicación del artículo 187 de la Constitución Nacional “Corresponde a la Asamblea Nacional”:

11.- “Autorizar el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras en el país”.

En Noruega se puede hablar, pero es seguir perdiendo el tiempo.

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