Juan Guaidó está dando los pasos necesarios para generar confianza y convencer a los actores de la economía y las finanzas. Guaidó y el equipo que lo acompaña en esta tarea saben del reto al que se enfrentan y al que se enfrentarán una vez se produzca el cambio en Venezuela. Así, Guaidó envía señales a los empresarios y banqueros nacionales como a los banqueros, fondos y organismos globales e internacionales. Señales positivas. Así lo reseña alnavio.com
Por Juan Carlos Zapata
En los últimos días, Guaidó acometió dos tareas clave, pero hay otras que se vienen ejecutando de manera responsable. Por un lado, pagó los intereses del bono PDVSA 2020 cuya garantía es el 50% de las acciones de Citgo, la empresa más importante de Venezuela en el exterior, una compañía con operaciones en los Estados Unidos, filial de Petróleos de Venezuela, PDVSA. Guaidó le dijo a los mercados que “su gobierno” quiere honrar los compromisos –no como Nicolás Maduro cuya administración hizo que ese y otros bonos entraran en default-, y le señala al país que la política de protección de activos que anunció desde que tomó juramento como Presidente Encargado, es en serio. De no pagar, los fondos tenedores de bonos hubiesen demandado y se pondría en riesgo la propiedad de Citgo.
Por otro lado, es responsable el anuncio de Guaidó de contratar a Lee C. Buchheit como asesor en el tema de la megadeuda externa que recibirá como herencia del chavismo: más de 160.000 millones de dólares es la deuda consolidada, según estimaciones de Torino Economics. Buchheit conoce el problema. Conoce la complejidad de la deuda venezolana. Ha estudiado el caso, y ya cuenta con una hoja de ruta para encarar esta situación que no es cualquier cosa.
Ambas decisiones de Guaidó forman parte de una misma estrategia, la que conduce al cambio político. Si Guaidó no toma acciones desde ahora, la economía y la deuda le pueden estallar en las manos.
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