La frontera con Venezuela, por Norte de Santander, se ha convertido en el último mes en el escenario de sangrientas confrontaciones entre colectivos chavistas y miembros de una banda delincuencial, conocida como Línea, que se disputan el control de las rentas ilegales derivadas del contrabando y del paso irregular de migrantes, reseñó eltiempo.com.
Por Gustavo Castillo
En lo corrido de este año, las autoridades colombianas han atendido cinco acciones armadas sobre los 400 kilómetros de línea divisoria, que separan al área metropolitana de Cúcuta con las poblaciones venezolanas de San Antonio y Ureña. El saldo de estas arremetidas, que incluso han desencadenado en balaceras en inmediaciones a los puentes internacionales, son de seis muertos y cerca de cinco heridos.
Según fuentes de inteligencia de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes protagonizan esta escalada de violencia pertenecen a un grupo residual del clan del Golfo, llamado la Línea, que surgió entre 2013 y 2014, con una fuerte injerencia criminal en seis barrios de las comunas 3 y 4 de la capital nortesatandereana, y en algunos sectores de Ureña.
Su jefe es alias Cepillo y fue capturado en abril de 2017. A partir de ese año, el Gaula de la Policía ha encaminado operativos en contra de las redes criminales de esta organización, logrando la captura de más de 20 de sus integrantes, quienes se encuentran vinculados a procesos judiciales por los delitos de desaparición forzada, homicidio, secuestro y desplazamiento.
#Atención hace pocos minutos en el barrio La Merced, capturamos a un presunto integrante del Grupo de Delincuencia Común Organizado “La Línea” a quien se le halló una pistola calibre 9 milímetros sin permiso para porte o tenencia #ConstruyendoSeguridad noticia en desarrollo..! pic.twitter.com/0y5OchvR9c
— CR. José Luis Palomino López (@PoliciaCucuta) 21 de mayo de 2019
“Esta banda sí ha sido golpeada en sus estructuras. Pero sigue habiendo muchas dificultades. En primera medida, los cabecillas de esta banda siguen controlando el tema financiero y operativo desde la cárcel y esto no ha sido solucionado por la autoridad. Los que no pueden hacer esto desde la prisión, lo han encargado a subalternos y familiares de ellos, que siguen ahí. Y otro punto, el más grave, es que siguen reclutando a migrantes venezolanos”, explicó Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar.
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