La Policía de Nicaragua realizó este domingo un amplio despliegue por las calles de Managua, donde la oposición se ha citado para reclamar al presidente Daniel Ortega la libertad de los “presos políticos”.
Desde horas del amanecer, caravanas constituidas por grupos de hasta diez automóviles policiales, con más de 4 agentes cada uno, se pasearon por las principales calles de Managua con las luces de advertencia encendidas, en señal de que cualquier persona en la calle podría ser capturada.
La presencia policial fue más notoria entre el centro y el sureste de Managua, donde se han citado los opositores para desarrollar la marcha.
Algunas de las caravanas de policías se asentaron en intersecciones y otros puntos estratégicos, alrededor de la zona anunciada de la manifestación, con vehículos todoterreno, cárceles móviles y fusiles AK-47, de fabricación rusa.
En la víspera, la Policía Nacional informó su rechazo a la marcha, consistente con la prohibición de cualquier protesta contra Ortega que mantiene en vigor desde septiembre pasado, pese a las críticas por tratarse de una medida que viola la Constitución de Nicaragua.
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco mantuvo su llamado a la marcha incluso después del rechazo policial, con base en que la Constitución garantiza la libertad de expresión, reunión y movilización, pero también le tomó la palabra al Gobierno de Ortega, quien en marzo pasado se comprometió a permitir las manifestaciones y a respetar la Carta Magna.
La marcha tiene como objetivo exigir la liberación de los 809 “presos políticos” que se cree hay en las cárceles de Nicaragua, y para evitar que corran la misma suerte que el manifestante Eddy Montes Praslín, de 57 años, quien falleció en la cárcel la semana pasada, al recibir un disparo de un custodio en circunstancias no claras.
La protesta tendrá como lema “Marcha por la libertad: Eddy Montes, ¡presente!”.
La convocatoria a la protesta se hizo a casi un año de la “Madre de todas las marchas”, la histórica manifestación el 30 de mayo, Día de las Madres local, en la que unos 16 jóvenes murieron en un ataque de las fuerzas combinadas del Gobierno, mientras caminaban junto con mujeres que habían perdido a sus hijos en agresiones similares.
Desde el estallido social del 18 de abril de 2018, unas 325 personas han muerto en el marco de la crisis de Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Organismos humanitarios locales cuentan hasta 594, aunque el Gobierno reconoce 199. EFE