Diana Patricia Cubillán Herrera (Caracas, 1971) ya era una bailarina de prestigio en Venezuela antes de encontrarse con Los del Río. Pero aquel 12 de octubre de 1991 todos los astros se alinearon. Lo que pasó aquella noche le cambió la vida y la elevó a la categoría de leyenda: un concierto del dúo sevillano en un hotel de Caracas, un mensaje en una servilleta, una improvisación… y Diana Patricia se convirtió en “La Macarena”. Ella fue la musa inspiradora de la canción española más internacional de todos los tiempos. De allí al estrellato. A hacer giras por todo el mundo, a ganar premios y a bailar para presidentes como Bill Clinton. La gloria.
Por David López Frías / El Español
Lejos quedaron aquellos años. Venezuela ya no es rica, no produce culebrones ni vienen a actuar los artistas extranjeros a los teatros. De hecho, casi no quedan teatros. “La sala de eventos más importante de Caracas lleva cerrada desde 2017. El coro nacional, el ballet… Todos ellos tienen que ensayar en la calle porque no tienen medios. Es dramático verlos en esas condiciones”, resume Diana Patricia. El régimen se ha cargado una de las economías más sólidas de América Latina, y con ella, todo su panorama cultural.
Diana Patricia no es madre biológica, pero tiene dos hijos adoptados. La única criatura que realmente ha salido de dentro de sus entrañas es su academia de baile “El Rocío”, levantada con el trabajo y el esfuerzo de más de 20 años. Una cantera de bailarines profesionales que ahora se consume en la inanición. A La Macarena se le saltan las lágrimas cuando afronta el futuro: “Me da mucha pena decirlo, pero yo me estoy dando hasta que acabe este año”. Su local es de alquiler y no tiene líquido suficiente para comprarlo. La cifra de alumnos cada vez mengua más. “Ya no hay posibilidad de ir a pedir financiación a instituciones privadas para que bequen a los alumnos. En esta situación, nadie te da dinero. Y como soy 100% opositora, ya puedo olvidarme de cualquier tipo de ayuda pública”, resume.
No le ve solución. “Las manifestaciones no sirven para nada. Quizás un paro [huelga] general ayudaría a cambiar las cosas. Pero cuando hemos parado, la banca ha seguido. Así no conseguiremos anda”: Y habla del miedo que sienten actualmente los venezolanos: “Hay miedo de no poder salir de este gobierno, de este narcorégimen, pero no a luchar ni a arriesgarnos. La importancia del narcotráfico en el ejército es enorme. En Estados Unidos tienen 800 generales. En Venezuela hay 2.000 y todos están metidos en el tema del narcotráfico. Antes éramos una nación de paso. Ahora somos un laboratorio de drogas”, concluye, sugiriendo que la única salida a esta situación “es la intervención de la comunidad internacional”.
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