En casi todo el país, ciudadanos se han paralizado en kilométricas colas para surtir gasolina. Los efectos se han visto en la inasistencia a lugares de trabajo o incumplimiento del horario, inasistencia de alumnos en las escuelas, y con ello el negocio ilegal de la reventa de combustible. Así lo reseña correodelcaroni.com
Cada día el problema empeora y no se vislumbra una solución, ni quien asuma esta crisis. Las pernoctas en las estaciones de servicio se han hecho rutinarias. al menos 100 carros pasan la noche en una cola, sin garantía de que en la mañana pueda llenar el tanque de su vehículo.
Al llegar las cisternas empiezan a enumerar carros, la mayoría hasta 200 puestos, según los cálculos que sacan por los litros de gasolina que reciben. En algunas solo llega una gandola con 13.000 litros, en otras 23.000. El límite en el llenado también se ha implementado, unas surten un máximo de 30 litros, otras hasta 40 litros.
En un intento por rendir la gasolina el máximo de días posible, los conductores prefieren no mover su vehículo. Además de acudir a los puestos de trabajo, las diligencias se realizan en zonas aledañas a la vivienda, otras a pie o s movilizan en autobús, si es que hay unidades disponibles.
En el estado Bolívar varía el negocio de la reventa de gasolina. Mientras en Ciudad Guayana se revende el litro de combustible entre Bs. 1.000 y 1.500, en Upata llega hasta Bs. 2.500 y Bs. 5.000 en Tumeremo. En El Callao, en cambio, el negocio es en gramas de oro, entre 3 y 3.5 gramas por 70 litros, consideran que el precio de cada una tiene un valor que oscila entre Bs. 100.000 y 130.000.
Los habitantes de Santa Elena de Uairén, por su parte, prefieren surtir en Pacaraima, estado fronterizo de Roraima en Brasil, donde pagan 4.5 reais por litro, mientras que en el municipio Gran Sabana pueden llegar a pagar el doble.