Ciudadanía y transición política, por José Machillanda

Ciudadanía y transición política, por José Machillanda

 

 

El bestiario militarista ideologizado por el castromadurismo como actor principal del gobierno, ha logrado confundir, desarticular, perseguir y descomponer a una oposición política, que le ha costado comprender al día de hoy las ejecutorias del Estado Cuartel. Confundidos, descentrados y sin capacidad de respuesta política desde el 5 de enero hasta el 4 de junio a la sociedad venezolana le han venido estableciendo fechas, tomando acciones políticas en direcciones diversas y haciendo afirmaciones que no se corresponden con un estudio sistemático, un instrumento politológico apropiado y, sobre todo, con una visión de pasado, sin presente y sin futuro que con acciones políticas debidamente pensadas pudieron haber generado un resultado.





Los venezolanos demócratas hoy en una sociedad ahuecada requieren que el liderazgo democrático muestre una visión politológica realista, que obedezca a un cálculo de tiempo concreto con el cual se definan acciones políticas reales -aunque pudieran resultar distantes de los cálculos de la mayoría-  si llamarían a una participación política contendiente. Lo actual es incierto, por cuanto el régimen no es una dictadura ni siquiera es un tiranía, es la grotesca presencia de mafias armadas alrededor de gran riquezas mal habidas y perversas, que practican el ejercicio de la política o del gobierno para obtener grandes beneficios económicos vía la absoluta corrupción.

 

La sociedad venezolana reclama… casi en silencio que quienes desde el 5 de enero representan la gran masa democrática del país, asimilen la enorme dificultad para confrontar la tiranía castromadurista expresada por un Estado Cuartel. Léase una estructura miliciana, militar y policial ejerciendo gobierno por la vía de la cooptación o de la intimidación, o más grave aún, por el pánico que impone el régimen para ganar tiempo y profundizar la desgracia social, económica, ética, pero sobre todo anímica. Presión anímica que termina ya para mayo en una enorme decepción, al no poder contabilizar la debida contención del castromadurismo militarista.

 

El castromadurismo militarista, expresión de la política del siglo XXI, tiene que ser acompañada para su estudio y análisis por instrumentos cuantitativos y cualitativos, que sin ser perfectamente ciertos, sirven de elemento de orientación para acometer acciones que permitan tener éxito frente a la barbarie del bestiario militarista y de la ideologización castrista que se ha logrado imponer en toda la geografía política del Estado venezolano. Todo lo precedente, llama a que se acuda a la sociología política para que comprendiendo la Transición como un proceso de socialización, se ejecute esa acción que tiene motivo, dirección y sentido y no se sigan creando expectativas alrededor de Operaciones, que lo que recuerdan es el infortunio de los hechos del 30A y del 11M.

 

Es evidente que se requiere una definición de la acción política por parte de la oposición y, definitivamente más que eso, de la presencia y acompañamiento de un grupo importante de prohombres, líderes políticos regionales y de ciudadanos voluntarios que creen en la recuperación de la democracia. La recuperación de la democracia es una responsabilidad intuito persona que comienza en la parroquia, crece en el municipio, se manifiesta en el Estado y después se expresa de manera nacional. El reto es entonces para el ciudadano , el profesor, el profesional, el operador , es decir, para todos los ciudadanos que no tienen que estar esperando ordenes sino que deben accionar de acuerdo a su consciencia democrática y a la relación ciudadano-barrio, ciudadano-parroquia, ciudadano-Estado.

 

Desde el 5 de enero hasta hoy ya hay una lección… y una claridad del que el régimen no está dispuesto a entregar el poder bajo ninguna circunstancia y no por ningún motivo. Los demócratas, entonces, en conocimiento de este absurdo político que muestra la polemología  y jamás la política, debemos abrazarnos a la política instrumentando con firmeza cívica un proceso de Transición Política Concertada: toda la sociedad democrática venezolana organizada desde el municipio deberá crecer en acciones con motivo, dirección y sentido para arribar a la Huelga General por lo cual, se paralizara el país. La Transición Política es una responsabilidad del ciudadano mujer u hombre, que ya comprendió como la barbarie o como el bestiario político militar esta entregado al castromadurismo cubano y dispuesto a bloquear el sentir democrático del 87% de los venezolanos.

 

Es original,

 

Dr. José Machillanda

Director de CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 4 de junio de 2019